Plan para arrestar al Papa


El Papa Benedicto XVI saluda a la multitud en su audiencia semanal en la Plaza de San Pedro de la Ciudad del Vaticano. AFP PHOTO/ ANDREAS SOLARO

La campaña para arrestar a Benedicto XVI por «crí­menes contra la humanidad» cuando visite el Reino Unido en algunos meses recibió el respaldo del activista ateo Richard Dawkins.

Redacción Internacional
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El autor de «The selfish-gene» («El gen egoí­sta») y «The God delusion» («El espejismo de Dios») dijo que «abrazaba cordialmente» la iniciativa lanzada por el ateo Christopher Hitchens.

¿En qué consiste tal campaña? Abogados de derechos humanos en el Reino Unido preparan una acusación contra el Papa Benedicto XVI por su presunto encubrimiento de abusos sexuales contra menores por parte de sacerdotes católicos.

Controversia garantizada

El doctor William Oddie, ex editor de la revista The Catholic Herald, calificó al proyecto de «lunático».

El objetivo de los activistas es opacar la planeada visita papal al Reino Unido, el próximo septiembre, la primera de un pontí­fice a este paí­s desde 1982.

Richard Dawkins escribió en su blog: «Me siento optimista respecto a que concientizaremos a la gente hasta un punto en que el gobierno británico considere difí­cil seguir adelante con la visita papal».

En su columna de The Guardian de ayer, el articulista George Monbiot escribe: «Imagí­nense al Papa esperando juicio en una cárcel británica y sólo entonces comienzan a quedar claras las implicaciones de una idea radical que jamás ha sido aplicada: la igualdad ante la ley».

Robert Pigott, experto en asuntos religiosos, dice que la campaña antipapal podrí­a ser entendida como un intento malicioso de crear una «atmósfera de delincuencia» alrededor del Sumo Pontí­fice.

«La controversia respecto a la presunta participación del Papa en el encubrimiento de abusos sexuales contra menores les está proporcionando a los ateos un garrote con el que golpear a la religión», añadió.

La noticia de la visita del Papa fue dada a conocer poco antes de que emergieran las acusaciones de que Benedicto XVI habí­a firmado una carta que dilataba la sanción contra un sacerdote pederasta en Estados Unidos.

¿ESTADO LEGAL?

La polémica se produce luego de una serie de escándalos por casos de pederastia que involucran a la Iglesia Católica en Estados Unidos, la República de Irlanda, Alemania y Noruega.

El Vaticano ha defendido al Papa aduciendo que éste ha mostrado su disposición a reunirse con más ví­ctimas de abusos sexuales, mientras la Iglesia acaba de publicar pautas en internet para que los obispos puedan enfrentar las acusaciones de estos delitos.

Los abogados Geoffrey Robertson y Mark Stephens están considerando tres posibilidades: solicitarle a la fiscalí­a británica que inicie el procesamiento legal del Papa; iniciar su propia querella civil o referir el caso al Tribunal Penal Internacional.

El escritor e iniciador de la campaña, Christopher Hitchens, dijo que el Estado Vaticano no es legal, lo que plantea la pregunta de si el Papa, como jefe de Estado, podrí­a reclamar inmunidad diplomática.

«Naciones Unidas, en sus orí­genes, le negó un lugar en su seno al Vaticano, pero le concedió un estatus único: el de «observador», permitiéndole ser signatario de tratados tales como la Ley del Mar y -¡qué ironí­a!- la Convención de los Derechos de los Niños, y para hablar y votar en conferencias donde promueve sus controvertidos dogmas sobre el aborto, la anticoncepción y la homosexualidad», señaló Hitchens.

ANTECEDENTE

El grupo citó como antecedente el caso reciente de la ex ministra de Relaciones Exteriores de Israel, Tzipi Livni, quien canceló una prevista visita a Londres luego de que un juez británico emitiera una orden de arresto en su contra a propósito de su presunta participación en el conflicto de Gaza.

Sin embargo, el doctor Oddie, ex editor de «The Catholic Herald», dijo que la campaña misma demostraba lo «extraordinariamente dementes» que eran Christopher Hitchens y Richard Dawkins.

«Lo que es legalmente válido es lo acordado entre autoridades legales, en este caso el derecho italiano -el gobierno de Italia- y, segundo, el derecho internacional, determinado por Naciones Unidas. Ambas autoridades legales aceptan que el Vaticano es un Estado legal».

«Christopher Hitchens tiene el derecho a decir que no deberí­a ser así­, pero no puede decir que no sea así­. Es como si los miembros de una sociedad demente dicen que son Napoleón», concluyó Oddie.

El Vaticano descartó cualquier posibilidad de que el Papa renuncie a propósito de los escándalos.