El concierto navideño del tenor español Plácido Domingo en la principal avenida de la capital mexicana ante unos 200.000 asistentes terminó convertido en una serenata de ópera, zarzuela, bolero y mariachi para la ciudad donde creció e hizo sus pinitos musicales hace 50 años.
«Estoy aquí para agradecer todo lo que me han dado esta ciudad y este país», dijo al iniciar la presentación la noche del sábado el tenor nacido en Madrid en 1941, que evocó la parte de su infancia y juventud que vivió en la capital mexicana, donde el viernes fue declarado huésped ilustre.
Domingo recordó que hace 50 años recibió sus primeras oportunidades en papeles secundarios de ópera en el teatro mexicano del Palacio de Bellas Artes.
El amplio paseo de la Reforma se colmó de miles de mexicanos. «Hemos colocado pantallas a lo largo de un kilómetro para que la gente pueda ver más cómodamente lo que sucede en el escenario», montado al pie del monumento del íngel de la Independencia, explicó a la AFP el secretario de Turismo de la ciudad, Alejandro Rojas.
Medios locales coincidieron en dar un estimado de 200.000 asistentes, mientras Rojas calculó «cerca de 300.000».
Domingo fue acompañado en el escenario por las sopranos mexicanas Eugenia Garza, Olivia Gorra y la jovencísima María Alejandres, junto al coro de México y la orquesta filarmónica de la capital mexicana, dirigida por el neoyorquino Eugene Kohn.
También subió a la tarima su hijo homónimo, nacido en México, con quien cantó «Love», uno de los tres poemas del papa Juan Pablo II que incluyó en el programa de tres horas.
Al cierre igualmente hizo subir a sus sobrinos para acompañarlo en el villancico Adeste Fideles, con el que deseó feliz navidad a los capitalinos, antes de salir de nuevo, a pedido del público, para repetir «Bésame Mucho».
El concierto comenzó con el aria «O Souverain» de El Cid de Jules Massenet y el público comenzó a animarse con otra aria de impecable factura, «E lucevan le stelle» (Tosca), cuya declaración final de amor a la vida arrancó el primero de los grandes aplausos de la noche.
Tras recordar que sus padres llegaron a México a fines de los años cuarenta con una compañía de zarzuela dirigida por Federico Moreno, compositor de «Luisa Fernanda», cantó de ésta el dúo «En mi tierra extremeña», junto a la soprano Gorra, y el coro de «Los vareadores» .
Luego, sobre la mitad del programa, dio paso a boleros y rancheras, iniciando con «Te quiero dijiste» y «Júrame» de María Grever; hasta llegar al «Bésame Mucho», a partir del cual el público comenzó a acompañarlo como coro, mucho más cuando los mariachis aparecieron para tocar infaltables como «La Negra», «El Rey», «Ella» y «Cielito Lindo».