En el año 2003 se inició la construcción del instituto hoy denominado Instituto Tecnológico Universitario Guatemala Sur –ITUGS– el cual requirió para concluirse que transcurriera el gobierno que presidió Óscar Berger y en buena parte el de Álvaro Colom. Con la típica característica de inestabilidad e indefinición del presidente Colom, al concluirse esta obra de tanta trascendencia, vaciló de quién sería el organismo más adecuado para darle el seguimiento del trabajo intelectual y docente que debería desarrollar el Instituto Tecnológico logrado y para bien, ante la discrepancia de entregárselo al INTECAP o a la Universidad de San Carlos de Guatemala, optó por transferir este patrimonio e importante responsabilidad a la Universidad del Estado, la cual creó para su administración el consejo directivo con los decanos de las facultades de Agronomía, Ingeniería, Ciencias Químicas y Farmacia y el Director del Centro de Estudios del Mar y Acuicultura, el Director General de Docencia y el director de dicho instituto.

El viernes 30 de agosto del presente año, en un acto de trascendencia histórica se graduaron cuatro jóvenes como técnicos universitarios, siendo ellos como pioneros Juan Rolando Valladares, Augusto César Arriaza, Kenneth Manuel Jerez Tello en mecánica y Kevin Daniel Oswaldo Jerez en electrónica.

Si bien no estuve presente en el acto, me causa una enorme satisfacción que la semilla que mi padre me heredó, y yo de cierta forma planté ese 15 de enero del año 2000 como Vicepresidente de la República, haya prosperado y producido sus primeros frutos que estoy seguro año con año se verán multiplicados y aunque las probabilidades son que durante lo que me resta de vida no vea la creación de un instituto técnico en el occidente, otro en el oriente y por supuesto uno en el Atlántico y en el Petén, el ejemplo en todo caso se ha materializado y aunque transcurran varios años, la juventud guatemalteca, nuestro país requiere que estos institutos técnicos universitarios se reproduzcan de la misma forma que existen sedes universitarias, sedes de Adolfo V. Hall en diferentes regiones del país.

El sueño hoy es una realidad, cada nuevo año sus graduados serán más y poco a poco estos jóvenes técnicos universitarios poblarán los muchos espacios que el mercado requiere y como lo ha hecho la Escuela Agrícola del Zamorano en Honduras, los alumnos serán guatemaltecos y centroamericanos.

En cuanto a mí en lo personal no deseo dejar de contribuir con otro pequeño grano de arena y por ello públicamente ofrezco, si las autoridades de la Universidad de San Carlos tienen a bien aceptar, donar en nombre de mi señor padre, Juan Francisco Reyes Hernández, con el apoyo de mis hijos y nietos, Q100 mil para que se establezca e incremente la biblioteca de dicho instituto, requiriendo como único aspecto que a esta biblioteca se le otorgue el nombre de ese otro pionero que fue mi progenitor.

Adicionalmente, propongo que al mejor alumno que se gradúe año con año, nuestra empresa, Kenworth de Centroamérica S.A. está anuente a otorgarle un premio de Q10 mil o US$1 mil, lo que sea mayor, esperando que a este último ejemplo se le unan los diferentes proveedores de productos que serán las materias primas en que más empleen su conocimiento y esfuerzo los graduados del Instituto Tecnológico Universitario Guatemala Sur. El premio ofrecido se le aplica desde ya al que mejores grados académicos obtuvo de los cuatro graduados mencionados. Por consiguiente, de lo ofrecido, para materializarlo tiene la palabra el Rector y Consejo Directivo del ITUGS.
¡Guatemala es primero!