En Whitehaven, pequeña localidad del noroeste de Inglaterra conmocionada por una sangrienta matanza, los ramos de flores se amontonaban este jueves junto a la parada de taxis donde Derrick Bird mató el miércoles a por lo menos una de sus 12 víctimas.
Como en varios pueblos cercanos, los habitantes trataban de entender los que el periódico local describió a toda página como un «día de terror» en esta popular zona turística del Reino Unido, situada en el condado de Cumbria.
El miércoles, Derrick Bird, un taxista de 52 años unánimemente descrito por los que lo conocieron como un hombre normal y tranquilo, mató a 12 personas -algunas conocidas, otras aparentemente elegidas al azar- antes de suicidarse, al término de un sangriento periplo de más de tres horas por la región al volante de su automóvil.
Una de sus primeras etapas fue en Whitehaven, donde al parecer disparó contra tres de sus compañeros en la parada de taxi de Duke Street, matando a por lo menos una de ellos.
Un testigo que no quiso dar su nombre explicó cómo se precipitó a ayudar a una de las víctimas tras oír un sonoro disparo.
«Nunca vi la pistola, fue el «bang»», explicó el anciano. «Me giré y pensé «me pregunto si necesita ayuda». Me acerqué, tenía un gran agujero en el cuello. Estaba consciente, en estado de shock. Creo que sobrevivió», agregó.
«Soy un cobarde. Si hubiera pensado que había una pistola habría huido», confesó poco después.
Cualquier población estaría conmocionada con una masacre de esta escala, pero en esta zona rural del condado de Cumbria donde Bird dejó un reguero de cadáveres pocos son los que no conocían a al menos de una de las víctimas.
«La gente se despertó ayer sólo para ver su mundo destrozado en el espacio de unas horas», señaló el diario local, el Whitehaven News, en su editorial. «Â¿Quién podía creer que en nuestra pacífica y unida comunidad podía ocurrir tanto horror y destrucción?».
El jueves por la mañana, una sucesión constante de vecinos acudía a depositar flores en la parada de taxis bañada por el sol.
Muchos estaban dedicados al taxista fallecido, Darren Rewcastle.
«Es muy triste perder que te arrebaten la vida tan trágicamente. Darren, nunca olvidaremos tu sonrisa y tu amabilidad», reza un mensaje en uno de los ramos. «Qué Dios te bendiga, Darren, y a todos los que murieron», dice otro.
El reverendo John Bannister, rector de Whitehaven, dijo que toda la comunidad se encontraba en «un estado de incredulidad total».
«Un acontecimiento tan horrible está tan fuera de lugar aquí», agregó.
Bird, o «Birdy» como le conocían sus amigos, vivía en Rowrah, uno de los pueblos de este región rural que recibe anualmente a millones de turistas atraídos por sus bellos paisajes de lagos y montañas salpicadas de ovejas y muros de piedra seca.
El diputado local, Jamie Reed, explicó que pese a la enorme «sensación de dolor», los habitantes se unirán ante la adversidad.
«Es una comunidad increíblemente unida, es una de sus fuerzas», declaró en la cadena de televisión GMTV. «Si hacen daño a uno, nos hacen daño a todos nosotros, y eso es como nos sentimos hoy».