Pintores guatemaltecos: Alfredo Gálvez Suárez


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Alfredo Gálvez Suárez, oriundo de Cobán, Alta Verapaz nació el 18 de julio de 1899, hijo del general del ejército Herculano Gálvez y Francisca Suárez; creció en ciudad Guatemala y falleció en 1946.

Fernando Mollinedo

Fue autodidacta, recibió cursos con el maestro español Justo de Gandarias y el guatemalteco Agustín Iriarte; se desempeñó como catedrático de la Academia Nacional de Bellas Artes en Santa Fe, Nuevo México, Estados Unidos en la época de 1945.
Además, tuvo proyección artística como pintor realista – regionalista, pionero del diseño gráfico y del muralismo. 

Entre sus actividades relevantes fue Embajador de Guatemala en la República de Cuba durante un breve período durante el gobierno de Juan José Arévalo; se desempeñó como director artístico de la Litografía Zadik, empresa donde principió a elaborar trabajos de diseño gráfico como el diseño de una cabeza de indígena que sirvió de base al grabado que se aprecia en la actual moneda de veinticinco centavos, billetes antiguos de cien quetzales y de cincuenta centavos de quetzal ; así también realizó un álbum denominado “Indios de Guatemala” en el cual se muestran tejidos y trajes autóctonos de diferentes comunidades étnicas.  A partir de la década de los años veinte, elaboró carátulas en las que reprodujo minuciosamente petroglifos mayas que fueron utilizados para la revista “Anales” del centro científico Sociedad de Geografía e Historia, hoy convertido en Academia.
    
Fue uno de los pocos pintores que realizó exposiciones privadas y públicas, siendo su mejor mercado de venta los coleccionistas extranjeros, por lo que la mayor parte de su obra aún se conserva fuera de Guatemala; permanecía por temporadas en ciudades de Estados Unidos y en México, país este último donde pudo estar muy de cerca del movimiento muralista lo cual influyó para la realización de los murales que se encuentran en el Palacio Nacional de la Cultura.  

Su obra realizada en el Palacio Nacional  debe destacarse que es sobre paneles de celotex superpuestos a la estructura arquitectónica ya que el presidente Ubico  opinó que los muros del nuevo edificio podía “dañarse” si el autor los trabajaba sobre ellos en forma directa.    

“En el más extenso de los murales, “El Choque” que se observa en el Palacio Nacional y realizado durante el final del gobierno de Jorge Ubico e inicios del de Juan José Arévalo, el maestro Gálvez Suárez alcanzó una expresión heroica poderosa en las figuras agigantadas, pero indefensas, de los indios frente a la superioridad bélica de los conquistadores.  Un riguroso sentido de la composición equilibra elementos estructurales como líneas, espacios, volumen, color, en sentido complementario y al mismo tiempo contrastante.   El efecto plástico persigue el equilibrio de los bandos en pugna, como una reivindicación del grupo indígena, a pesar de su inevitable condena”. 

Analizando el mural, se dice que: “el uso del color es magnífico: la gama de las tonalidades cálidas, específicamente los naranjas flamígeros, transmite la precisa sensación de infierno.  La sección de los indios en colores encendidos se encuentra presidida por un fondo frío, como premonición de un largo futuro sombrío.  Por el contrario, las figuras de los españoles presentan tintes más fríos pero en la parte superior irradia la luz enceguecedora de la cruz”

Como detalle curioso, al pintor no le fueron cancelados los honorarios por el trabajo de los murales,  ni por el Gobierno de Ubico ni por el de Juan José Arévalo.
    
Sus obras se exhibieron en diferentes museos y galerías de arte, destacándose entre ellas el Museo de Baltimore (1933) Galería de Ciencia y Arte en New York (1940) y en el Distrito Federal de México en 1942. 

La Municipalidad de Guatemala, cuenta con la Orden de Pintura “Gálvez Suárez”; dentro del realismo de la pintura, utilizó la sensible temática de la técnica del “criollismo”  que persigue particularizar las características regionales, étnicas y naturaleza del entorno de vida del hombre americano, con el objetivo de celebrarlo estéticamente y denunciar la opresión y violencia de que ha sido víctima por cientos de años. 
    
Alfredo Gálvez Suárez fue un pintor del imaginario plástico guatemalteco no tanto por sus óleos, témperas, acuarelas de caballete, cuanto por su pintura  monumental reproducida en billetes, monedas, tarjetas postales, presentando íconos que forma parte del inconsciente colectivo guatemalteco tal como se demuestra en las pinturas denominadas “murales” del Palacio Nacional cuyas figuras los guatemaltecos utilizamos desde nuestra niñez para pensar en la conquista y el traumatismo que está en la base del otro mestizaje.

La obra pictórica el maestro Gálvez Suárez constituye un rico documento antropológico surgido de la investigación científica, la convivencia periódica y la admiración y simpatía que manifestó hacia las etnias indígenas. 
    
El maestro Gálvez Suárez se constituyó como referencia obligada de la plástica guatemalteca del siglo veinte con su realismo descriptivo y por su virtuosidad y rescate del paisaje geográfico y humano guatemalteco.