Pintora guatemalteca en Italia


Luz Méndez de la Vega

Luisa González Reiche, joven pintora guatemalteca, que ya se ha dado a conocer entre nosotros, en las exposiciones de JUANIO, se encuentra, desde hace varios meses, en una visita de recorrido por varias importantes ciudades y los grandes museos de Italia.


Dicha visita la ha prolongado en Forte dei Marmi, ciudad muy cercana a Florencia, en donde además de hacer estudios sobre nuevas técnicas de arte, ha logrado tener una muy buena acogida a su trabajo pictórico. Sus cualidades de artista que se destacan también en el diseño de modas y en la pintura sobre telas, lo ha llevado a cabo desde muy jovencita y por inclinación natural al arte, que hereda de su familia en la que figura uno de nuestros ya consagrados pintores contemporáneos: Roberto González Goyri.

íšltimamente, sobre todo se ha dedicado a la realización de una serie de autorretratos en bocetos muy dramáticamente concebidos, en contraste con la técnica de la acuarela. En dichos bocetos sobresale su capacidad expresionista al simplificar la figura que se desvanece en el blanco para acentuarse en el negro con apenas algunas notas de color.

Con esta técnica logra sobresalientes efectos de contraste en sus bocetos, por medio de dibujos en los cuales fue separando las luces y las sombras, y así­ logrando conseguir que esas sombras pudieran tener un negro uniforme, al igual que en lo blanco también. Procedimiento para esfumar el relieve suprimiendo los tonos medios.

Otra caracterí­stica de la técnica empleada para conseguir esos efectos contrastantes y dramáticos, es su empeño en utilizar sólo tres colores, pero con los que consigue ofrecer varias tonalidades. En cuanto a la composición, resalta en los detalles de las manos, gestos y expresión de los rostros en singular impacto.

Precisamente, gracias a sus cualidades artí­sticas, en el corto tiempo de esta temporada fuera del paí­s, ya obtuvo un primer éxito al abrirse una exposición de su obra en la galerí­a «98rasso» de Florencia, donde ha estado a la vista del público, desde el 16 de febrero hasta el 14 de marzo, mereciendo elogios de los numerosos visitantes.

Esta exposición muy de acuerdo a la temática del autorretrato, lleva el acertado tí­tulo de Espejo Muerto. Tí­tulo que dice mucho de su intención artí­stica y coincide con ese extrañamiento y reducción de los volúmenes de las figuras.

Pero nada mejor para comprender la obra de Luisa González Reiche, que sus propias palabras explicando este muy singular conjunto de impactantes cuadros, en los que deja plasmado sus propósitos artí­sticos de objetivación de su interioridad. Esto puede deducirse del siguiente fragmento de un texto suyo:

«Una filtración de estados de ánimo. La búsqueda de la objetividad en el sujeto. Me interesa transformar los distintos estados de ánimos o sentimientos en simples gestos superficiales; la interioridad en una expresión puramente estética-objetiva.

Sentimientos y estados de ánimo que a veces parecen aplastarnos u oprimirnos se transforman en el cuadro en simples muecas. Las figuras «expresivas» se convierten en objetos. Como si las expresiones de cuerpo y el rostro perdieran todo sentido de subjetividad frente al espectador.

Una manera de hacer ver que esa carga de sentimientos puede convertirse en un nada, en una mueca, nada más. La profundidad se convierte en superficialidad y los problemas interiores pierden importancia., mostrando que las cosas negativas a las que les damos primordialidad en nuestro interior no tienen ninguna importancia.

A los ojos del mundo, como en el cuadro, nuestro yo interior, recargado de sufrimientos y problemas, no es sino un objeto superficial, un elemento más que se pierde entre los miles de elementos que conforman un todo verdadero, un todo que no entiende de subjetividad o cualquier carga emotiva.

Como un espejo muerto, el cuadro muestra solamente una forma, una forma compuesta solamente de color, sin sentimientos, sin problemas interiores ni emociones válidas. Yo no soy sino un objeto. Pero no un objeto en relación de los demás, sino en relación del mundo, de cual formo parte.»