Pina Pellicer, nombre artístico de Josefina Yolanda Pellicer López de Llergo (1934-1964), fue una actriz mexicana que hoy día se encuentra casi en el olvido, salvo por quienes la recuerdan por su participación en “One-Eyed Jacks” (1961), dirigida y protagonizada por Marlon Brando.
En este “western” -rodado en 1958 y estrenado hasta 1961-, el personaje protagonizado por Pina es el objeto del deseo de Brandon y que forma parte del nudo de la historia. Su rostro no es el clásico de una actriz de Hollywood, pero sus ojos negros causaron impacto profundo, ayudando a fortalecer el mito latino en la meca del cine estadounidense.
Tal fue el impacto de su rostro y sus ojos, que la traducción al español tuvo como título “Rostro impenetrable”, en alusión a Pellicer.
Hoy, quizá, esta película ya se encuentre acumulando polvo en las estanterías de los cinéfilos, o guardada en cajas para hacer espacio a otros filmes, lo cual ha contribuido al olvido de la figura de Pina.
La mexicana tuvo una vida y una carrera muy corta; apenas cinco películas, incluyendo las producciones mexicanas como la recordada “Macario” (1960), “Días de otoño” (1962) y “El pecador” (1965); “Rogelia” (1962), filmada en España, y estadounidense “One Eyed Jacks”, además de las apariciones en sendos capítulos de “The Fugitive” y “The Alfred Hitchcock Hour”.
Me concentraré en una producción para resaltar la figura de Pina; se trata de la mexicana “Días de otoño”, una película poco recordada hoy día, en la cual la fuerza narrativa recae en el personaje de Pellicer.
Se trata de una pueblerina que llega al Distrito Federal mexicano a trabajar en una pastelería, recomendada por su tía. Ilusa y soñadora, llegó a la gran urbe con una fuerte cantidad de dinero, correspondiente a los ahorros de su tía difunta, y que llegó a entregar ciegamente a un hombre casado, quien la engañó prometiéndole matrimonio.
Pina desarrolla un personaje complejo, que por miedo a las burlas de haber sido plantada en el altar, decide vivir una mentira y engañar a sus compañeras de trabajo y a su jefe, haciéndoles creer que, en verdad, se había casado.
La muchacha cándida empieza a desarrollar una complicada transformación psicológica, al tramar toda clase de estrategias para evitar que le descubran su mentira. Se fotografía con su traje de novia, para aparentar que ciertamente se había casado; posteriormente, finge un embarazo y hasta el nacimiento de un bebé.
Pese a sus esfuerzos, sus compañeras empiezan a sospechar del engaño. Pero antes de que la descubran, ella anuncia que su ficticio esposo había sufrido un espantoso accidente automovilístico, con el cual quedaba viuda.
Su jefe, quien siempre dudó de la veracidad de su historia, se mostraba preocupado por la extraña actitud de la pueblerina; en realidad, él nunca se atrevió a confesarle que estaba enamorado de ella, peor cuando ella le había anunciado su matrimonio.
La enmarañada personalidad de esta mujer que vivía -y hacía creer- una gran mentira, tuvo una extraordinaria interpretación por parte de Pellicer. El desenlace del filme merecería un análisis de una tesis de un Doctorado en Psicología. La verosimilitud de la narración recae en la calidad artística con la que Pina desarrolló a su personaje.
Una frase de la película ha quedado para el recuerdo: “Un día acabará el olvido, o acabará la esperanza”, que se ha popularizado en México, y que algunos hasta han creído que se trata de un verso de Octavio Paz. Pero, en realidad, se refiere a una frase que repetía el personaje de Pellicer, y que, a la sombra del mito, se cree que fue inventada por ella misma, ya que no formaba parte del guion.
Una expresión, sin duda, de mucha profundidad, adecuada para la trama de Días de otoño, pero que ha trascendido más allá de esa narración fílmica. El suicidio de Pina Pellicer, dos años después de este filme, vendría reforzar su leyenda, vinculándola con la psicología de este personaje.
Pina Pellicer nació en la Ciudad de México siendo hija de César Pellicer Sánchez Mármol, abogado, y Pilar López de Llergo Caballero. Su tío Carlos Pellicer Cámara fue un poeta de la generación de Los contemporáneos. De los siete hermanos restantes, la hermana menor Pilar es conocida sobre todo por los papeles de actriz en numerosas telenovelas; otra hermana menor, Ana, es escultora y la coautora de la biografía de Pina Pellicer publicada en 2006.
El primer papel de Pina Pellicer fuera de México fue la producción de Paramount Pictures de título El rostro impenetrable (One Eyed Jacks). En la película Pellicer interpretó a Luisa, hijastra de Karl Malden y amante de Marlon Brando. La actriz mexicana Katy Jurado interpretó a la madre de Luisa. La producción de la película se retrasó mucho, y el director originalmente previsto Stanley Kubrick abandonó junto con el guionista Sam Peckinpah, dejando a Marlon Brandon la dirección, esta fue la única vez que el actor dirigió una película. Aunque la película se inició en 1958, no se presentó hasta 1961. Su repercusión en Europa fue muy buena, de tal modo que en julio de 1961 recibió la Concha de Oro en el Festival Internacional de cine de San Sebastián. Pina Pellicer fue comparada con Audrey Hepburn. En los Estados Unidos la respuesta no fue tan positiva y solo recibió la nominación a Charles Lang.
La primera película con la que Pina Pellicer llegó a las pantallas fue la producción mexicana Macario, en el año 1960. Pellicer interpretó la esposa de su compañero de reparto Ignacio López Tarso. Macario fue la primera producción mexicana nominada para los Óscar de la Academia en la categoría de mejor película en lengua extranjera perdiendo finalmente frente a la película de Ingmar Bergman El Manantial de la Doncella (Jung Frukällan). Después de Macario, participó en dos películas mexicanas más tituladas, Días de Otoño, producida en 1963, y El Pecador, estrenada después de su fallecimiento en 1965. Durante su participación en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián conoció al director español Rafael Gil el cual la invita a participar como actriz principal en la película Rogelia, filmada en Asturias, París y Madrid y producida en 1962. Junto a sus actuaciones en películas participó también en episodios de la televisión mexicana y norteamericana como El Fugitivo (episodio «Smoke Screen» de 1963) y La hora de Alfred Hitchcock (Episodio «The Life Work of Juan Diaz» de 1964; escrito por Ray Bradbury).
Pina Pellicer se suicidó el 4 de diciembre de 1964 a la edad de 30 años, presuntamente a causa de una depresión.