En el presente momento es positivo que el Gobierno de la República haya planteado y requerido al Ejecutivo del Gobierno norteamericano se otorgue el Estatuto de Protección Temporal (TPS) a favor de los miles de miles de guatemaltecos que honradamente están laborando en ese paí­s y que con sus remesas familiares ayudarán a afrontar y en parte resolver las enormes necesidades que la tormenta Agatha ha dejado en 22 departamentos de Guatemala.

 

Pero no basta el haber hecho el planteamiento formalmente a través de nuestra embajada en Washington. Es urgente que el vicepresidente de la República, en uso y cumplimiento del Artí­culo 191 de la Constitución, inciso d), dedique todo el tiempo y esfuerzo que implica la situación y solicite una audiencia urgente a la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, le explique y requiera por qué es indispensable que los guatemaltecos gocen de esta protección temporal durante los próximos 24 meses, de la misma manera que se le ha otorgado a los ciudadanos de El Salvador, Honduras y Haití­ por razones similares a las que hoy afectan al pueblo de Guatemala.

 

Asimismo, el vicepresidente deberí­a de visitar los consulados de New York, Washington, Atlanta, Miami, Houston, Los íngeles, San Francisco, Chicago, así­ como todos y cada uno de los consulados ad honórem que a través de los años se han nombrado. Es sólo a través del acercamiento con todo el personal de los consulados y de reuniones con las comunidades de guatemaltecos residentes en los Estados Unidos que podrá agilizar e intensificar la gestión que permita el otorgamiento de dicha medida.

 

Nuestras comunidades y consulados tienen el contacto con los senadores, diputados, alcaldes y gobernadores de cada uno de los estados en donde están radicados. Este es el momento para crear un ambiente que le facilite a la Casa Blanca el otorgar este urgente TPS. De todas las misiones, de todos los viajes que la Vicepresidencia ha efectuado o pueda efectuar, ninguno puede ser más importante que la reunión con los funcionarios y ciudadanos que estamos sugiriendo.

 

Recordemos, el vicepresidente Rafael Espada por sus muchos años de ejercicio profesional en los Estados Unidos tiene numerosos contactos personales que en este momento debe de activar. Estoy seguro que nadie mejor que él debe ser quien tome el rol de esta misión diplomática que tanto beneficio puede traer a esos millones de guatemaltecos afectados por la tormenta Agatha, que normalmente han venido dependiendo de la remesa familiar que sus parientes les enví­an.

 

No se debe olvidar que a través de los años algunos de nuestros cónsules diligentemente han logrado programas de ciudades hermanas entre Estados Unidos y Guatemala. Por supuesto, son relaciones que deben activarse y aprovecharse para lograr el apoyo y la ayuda hacia nuestros connacionales que hoy más que nunca necesitan trabajar, producir y apoyar con sus remesas a sus hijos, esposas y padres.