PIES SANGRANTES


El famoso Miguel Melgar salió muy temprano de su casa y recorrió las calles en busca de empleo.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Mientras caminaba tení­a en su mente la imagen de su familia que, hambrienta, lo esperaba, pues llevaban varios dí­as sin comer.

Al llegar la tarde, aún no conseguí­a trabajo. Fue entonces cuando decidió hacer lo que fuese necesario para llevar comida a su hogar.

Por la noche, su esposa e hijos lo vieron llegar y se llenaron de júbilo, ya que en sus manos llevaba una bolsa con pan.

Juntos compartieron el pan con agua, sin percatarse que, bajo la silla, Miguel escondí­a sus pies sangrantes, pues habí­a vendido sus zapatos para poder comprar algo de comer.

UN SACRIFICIO HECHO CON AMOR, ES DOBLEMENTE AGRADABLE A DIOS.