Piden reforma agraria


América Latina, con los mayores í­ndices de concentración de tierra del mundo, necesita dar un renovado impulso a la reforma agraria y el desarrollo rural, coincidieron ayer la FAO y campesinos que irrumpieron en la Conferencia Regional del organismo.


«América Latina tiene los mayores í­ndices de concentración de la propiedad del mundo, y nosotros creemos que no puede haber una mejora en la desigualdad y una erradicación de la pobreza extrema y del hambre si no hay un proceso que facilite el acceso a los medios de producción, al agua y las riquezas naturales», dijo el representante de la FAO en la región, José Graziano.

El tema ha ganado actualidad con la reciente alerta levantada por el alza mundial de los precios de los alimentos, que amenaza con aumentar el número de hambrientos y desnutridos y que ha renovado la atención hacia los más necesitados del campo.

«Lo que se está requiriendo hoy es una atención mayor a la agricultura y al desarrollo rural», resumió Graziano. «La reforma agraria tiene una necesidad, es una reivindicación de acceso a un medio de producción fundamental para millones de personas», añadió.

«La reforma agraria era un fantasma del pasado que ha retornado a la vida con mucha fuerza, porque se percibe que es la garantí­a para la alimentación de los pueblos y una necesidad de los paí­ses», dijo a la AFP Francisca Rodrí­guez, campesina de la Asociación de Mujeres Rurales e Indí­genas de Chile que asiste como observadora a la Conferencia de la FAO que termina el viernes en Brasilia.

Unos 50 representantes de movimientos rurales de todo Brasil, acompañados de algunos de la región, lanzaron este jueves ante los representantes gubernamentales de la FAO una campaña a favor de limitar las grandes propiedades en Brasil, que quieren llevar a toda la región.

A los gritos de «lí­mite de la propiedad ya», «lucha campesina por América Latina» y «reforma agraria, urgente y necesaria», una representación de 2.500 campesinos acampados en Brasilia en reclamo de la reforma agraria fue invitada a presentar sus reclamos ante esta conferencia de la organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

«Queremos una reforma agraria amplia, masiva, de calidad e integral», leyó en su discurso la representante campesina Maria da Graí§a Amorim, quien criticó los altos niveles de concentración de tierras en Brasil.

El clima por una renovada atención a la pequeña agricultura ha ganado fuerza en esta conferencia, y el comité técnico ya constató en el documento principal «la importancia de la agricultura familiar en la seguridad alimentaria», y reclamó para ello «una polí­tica de Estado con visión de largo plazo».

Las reformas agrarias se han sucedido en América Latina, desde las precursoras de la revolución de México (1910), la boliviana (1953) y cubana (1959). Adquirieron nuevo auge en los 60, hasta que el proceso entró en reversión en los 80 y 90, cuando se redujo enormemente el papel del Estado en el campo.

Hoy, «los niveles de concentración (de tierras) que se observan son tal vez mayores que los del pasado», señala un documento de la FAO sobre la región.

«América Latina debe volver a prestar atención al potencial de la pequeña agricultura, que acoge al 80% de sus agricultores, con una polí­tica pública que lo favorezca», según el director de Polí­ticas de la FAO en Latinoamérica, Fernando Soto.

Según la FAO, 52,1 millones de personas, es decir, el 10% de la población de América Latina y el Caribe, siguen padeciendo hambre, una contradicción para una región que produce 40% más alimentos que los que necesitarí­a para abastecerse, pero que es lí­der mundial en desigualdad social.

Hoy, «los niveles de concentración (de tierras) que se observan son tal vez mayores que los del pasado».

FAO