Piden reducir emisiones de gases tras alza del crudo


El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, instó a los paí­ses en desarrollo, incluido el suyo, a sumarse a las naciones ricas en la fijación de objetivos para reducir las emisiones de gases causantes del calentamiento global.


«Todos los participantes, incluido nuestro paí­s, deben fijarse un objetivo de reducción de sus propias emisiones de gases de efecto invernadero,» dijo Lula en una entrevista publicada ayer por el periódico japonés Yomiuri Shimbun.

Aunque no especificó el objetivo de Brasil, Lula aseguró que el mundo debe ser capaz de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 60 y un 80% en el 2050.

Lula concedió esta entrevista antes de su visita a Japón para asistir a una sesión sobre el cambio climático con los lí­deres de los ocho paí­ses más industrializados del mundo que forman el llamado G8.

Las negociaciones internacionales sobre un nuevo tratado climático, que cubrirí­a el perí­odo posterior al del Protocolo de Kioto, a partir de 2012, se han estancado por los desacuerdos entre las naciones en desarrollo y los paí­ses ricos.

Estados Unidos, principal nación rica que rechaza Kyoto, sostiene que cualquier futuro tratado debe incluir compromisos de las naciones emergentes como China e India.

Muchos paí­ses en desarrollo acusan al bloque de paí­ses ricos de ser históricamente responsables del calentamiento del planeta y les piden asumir el liderazgo en la reducción de emisiones.

En la entrevista, Lula pidió al primer ministro japonés Yasuo Fukuda, que presidirá la cumbre, que tome la iniciativa para asegurarse que los paí­ses pobres no sean tratados injustamente.

El presidente brasileño también dijo que su paí­s tiene previsto acoger en noviembre una conferencia internacional sobre el uso de biocarburantes e invitó a participar a los lí­deres del mundo, investigadores y ejecutivos de empresas.

Brasil es el lí­der mundial en la producción de etanol, utilizado como combustible alternativo a los derivados del petróleo.

Su comercialización es saludada por los defensores de la reducción de las emisiones causadas por los combustibles fósiles, pero sus crí­ticos denuncian que la popularidad del etanol ha originado la crisis de los precios de los alimentos por la intensificación de la demanda de cultivos comestibles.

«Cuando hablo de biocarburantes, no sólo estoy considerando los beneficios para Brasil, sino también la producción de bio-etanol en América Central, Sudamérica, Asia y ífrica en colaboración con paí­ses desarrollados como Japón y Gran Bretaña», dijo Lula al diario.