Piden parar derramamiento de sangre


El lí­der radical chií­ta iraquí­ Moqtada Sadr llamó hoy a sus milicianos y a las fuerzas de seguridad iraquí­es a «detener la efusión de sangre», una semana después de haber amenazado con una «guerra abierta».


«Llamo a mis hermanos en el seno de las fuerzas armadas y de la policí­a, así­ como a mis hermanos de Jaich al-mahdi (el Ejército del Mahdi) a poner fin a la efusión de sangre», señaló un mensaje del clérigo radical antiestadounidense leí­do durante la oración de hoy en Ciudad Sadr, un inmenso suburbio del noreste de Bagdad.

El 19 de abril, Sadr amenazó con librar «una guerra abierta» si proseguí­an las operaciones de las fuerzas iraquí­es y estadounidenses contra su movimiento, en un comunicado firmado por él y publicado en la ciudad santa de Nayaf, al sur de Bagdad.

«Habí­amos amenazado con una guerra abierta, pero deben comprender que ésta debí­a ser dirigida únicamente contra el ocupante», dijo en este mensaje.

«No habrá guerra entre nosotros (los sadristas) y nuestros hermanos iraquí­es», aseguró Moqtada Sadr, que pidió al ejército iraquí­ estar «más cerca del pueblo iraquí­ y más lejos del ocupante» norteamericano.

«Llamo a todas las partes iraquí­es a descartar la violencia y el recurso a las armas entre ellas y a solucionar sus problemas pací­ficamente», dijo el dirigente chiita, cuya milicia, la más poderosa de Irak, cuenta con unos 60 mil hombres.

En su mensaje, Moqtada Sadr saludó la lealtad de su milicia.

«Me dirijo al Ejército de Mahdi, una tropas buenas y leales. Combatieron cuando recibieron la orden de combatir y fueron pacientes cuando respetaron la tregua», dijo en referencia al alto el fuego unilateral que habí­a anunciado en agosto de 2007.

Desde fines de marzo, las fuerzas regulares iraquí­es y unidades norteamericanas se enfrentan con los milicianos chiitas del ejército del Mahdi en Ciudad Sadr, tras una ofensiva lanzada por el primer ministro iraquí­ Nuri al Maliki, contra las milicias chiitas en Basora (sur).

Desde entonces, al menos 383 personas murieron en Ciudad Sadr, según fuentes iraquí­es y estadounidenses.

Anoche, once personas, entre ellas dos mujeres y un niño, murieron en los enfrentamientos, informaron fuentes médicas.

El ejército estadounidense afirmó haber matado anoche en varias operaciones en Ciudad Sadr a diez «criminales», que disparaban contra las tropas iraquí­es y aliadas o que colocaban artefactos explosivos.

En su mensaje, Moqtada Sadr expresó su «rechazo total» a un acuerdo entre el gobierno iraquí­ y Estados Unidos sobre la presencia en Irak de tropas estadounidenses.

Estados Unidos e Irak están negociando un acuerdo para dar bases legales a la presencia de tropas norteamericanas en territorio iraquí­ más allá del 31 de diciembre, dí­a que expira una resolución de la ONU sobre la presencia de tropas norteamericanas en Irak.

Por otro lado, el periodista iraquí­ Sayyed Jassem Al Battat, de 38 años, que trabajaba para el grupo Al Najil, dependiente del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak (chiita) fue asesinado por un grupo de hombres armados hoy en el mercado de Al Qorna, a 80 km al norte de Basora (sur), informó el responsable de Al Najil, Adnane Al Yassiri.