Piden mayor libertad religiosa


Vista panorámica de la catedral de la capital mexicana. La Iglesia católica de ese paí­s pide una mayor libertad religiosa sin modificar el laicismo del Estado, a través de mayores contactos con autoridades.

Una de las prioridades en 2008 para la Iglesia católica de México es pugnar por una mayor libertad religiosa sin modificar el laicismo del Estado, a través de mayores contactos con autoridades, aunque expertos en religión sostienen que tal derecho ya existe y discuten la visión del catolicismo.


«La Iglesia ha venido impulsando el tema de la libertad religiosa, todaví­a es un capí­tulo que amerita ser estudiado, que se reflexione, que llegue a la sociedad», dijo el jueves Manuel Corral, encargado de la relación con el gobierno de la Conferencia del Episcopado de México (CEM).

De su lado, el obispo Leopoldo González, secretario general de la CEM, subrayó la necesidad de «unificar criterios» en torno a la definición de libertad religiosa porque, vista desde Europa, donde estuvo ocho años en el pontificio Consejo justicia y paz, «no la hay», sostuvo.

En México, el segundo paí­s con más católicos en el mundo, se ha vivido una difí­cil relación entre el Estado y la Iglesia y sólo en 1992 se reanudaron las relaciones a nivel oficial.

Hasta esa fecha, entre otras prohibiciones, los ministros de culto no tení­an derecho a voto, utilizar sus hábitos religiosos fuera de sus templos, ni hablar sobre los asuntos de interés general, si bien la ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público aún les impide participar en actividades de carácter polí­tico.

Durante 2007 la Iglesia católica mexicana fue blanco de numerosas crí­ticas por su campaña contra la aprobación del aborto en la Ciudad de México, presuntos casos de sacerdotes pederastas y un continuo enfrentamiento con los partidos de izquierda, en especial el de la Revolución Democrática (PRD).

Es necesario «describir lo que es un Estado laico; la Iglesia no quiere un Estado confesional, no le ayudarí­a, ni a las otras confesiones religiosas, lo que nos interesa es un Estado laico porque es el que va a favorecer los derechos fundamentales, y uno es la libertad religiosa», añadió González.

La estrategia, explicó el sacerdote Manuel Corral, es multiplicar los contactos con la secretarí­a de Gobernación, encargada de supervisar las actividades de las organizaciones religiosas, con los lí­deres de los partidos polí­ticos, legisladores y hasta empresarios.

«La agenda para 2008 será un acercamiento con Gobernación (…) seguiremos en este encuentro con los diferentes actores de la polí­tica para llevar a cabo y colaborar en todo aquello que contribuya a que México avance en el terreno democrático y de las instituciones», comentó.

El debate, explica de su lado el sociólogo de las religiones Roberto Blancarte, radica en la concepción del concepto de libertad religiosa que tiene la Iglesia católica mexicana.

«Habrí­a que preguntarles a los obispos católicos qué significa libertad religiosa», comenta Blancarte al señalar que en México este derecho fundamental está garantizado porque existe el derecho de «creer, profesar o convertirnos a cualquier religión».

«Para el episcopado, libertad religiosa es instrucción religiosa en las escuelas públicas, y eso no es algo en lo que la mayorí­a de los mexicanos esté de acuerdo. También quiere que los ministros de culto tengan todos los derechos polí­ticos y así­ no sean acusados de intromisión, quiere tener una radio y una televisión», dijo el sociólogo.

Blancarte advierte que la demanda de una plena libertad religiosa en México «es algo que suena muy bonito, pero nadie está de acuerdo con la definición que el episcopado parece querer impulsar».