En un informe que lleva por título «El embargo estadounidense contra Cuba: su impacto en los derechos económicos y sociales», la organización insta al presidente norteamericano a dar «el primer paso» en ese sentido y no renovar las sanciones que pesan sobre la isla en amparo de la Ley de Comercio con el Enemigo.
Obama tiene hasta el 14 de septiembre para decidir si prorroga un año más esta Ley, que en la actualidad afecta sólo a Cuba y permite al presidente imponer sanciones económicas en tiempo de guerra o de emergencia nacional.
«Esta es la oportunidad perfecta para que el presidente Obama se distancie de las políticas fallidas del pasado y transmita al Congreso estadounidense un enérgico mensaje sobre la necesidad de terminar con el embargo», declaró la secretaria general de AI, Irene Khan, en un comunicado difundido en Londres.
Desde su llegada al poder en enero pasado, Obama ordenó abolir restricciones a los viajes y envíos de remesas de cubano-estadounidenses a la isla, pero se ha pronunciado en contra de un levantamiento del embargo comercial y financiero vigente desde 1962 si no se registran cambios democráticos en la isla.
La aprobación final, sin embargo, correspondería al Congreso, a cuyos miembros AI pide que examinen lo antes posible los diversos proyectos de ley presentados en los últimos años para flexibilizar o levantar las sanciones.
Khan, que calificó el embargo de «inmoral», recordó que éste «está impidiendo a millones de cubanos beneficiarse de medicinas y equipo médico esenciales para su salud».
La organización, que no ha vuelto a tener acceso a la isla desde 1988, elaboró su informe esencialmente con datos de las agencias de las Naciones Unidas que operan en Cuba.
Para ilustrar los efectos del embargo cita el ejemplo de un suministrador estadounidense que canceló un pedido de tres millones de jeringas desechables efectuado en 2007 por la Alianza por la Vacunación y la Inmunización -asociada a Unicef- cuando supo que estaban destinadas a Cuba, y señala que estas situaciones han frenado también programas de lucha contra el sida.
«Aunque la responsabilidad de proporcionar una atención médica adecuada recae principalmente en las autoridades cubanas, los gobiernos que imponen sanciones como, por ejemplo, el embargo deben prestar especial atención a las repercusiones que esas sanciones pueden tener en la población del país al que se imponen», agregó Khan.
Desde 2000, la nueva legislación destinada a facilitar las exportaciones convirtió a Estados Unidos en el primer exportador agrícola de Cuba, pero las exportaciones de productos médicos y farmacéuticos siguen siendo muy limitadas.
Según AI, mientras Cuba importó en 2008 alimentos y productos agrícolas estadounidenses por valor de 710 millones de dólares, las importaciones de equipos médicos y productos farmacéuticos ascendieron sólo a 1,2 millones de dólares.