Piden contratación legal



Marruecos desea que Europa favorezca más ampliamente la contratación legal de mano de obra con el fin de reducir la presión del desempleo y acompañar económicamente las medidas drásticas tomadas por el reino para impedir la emigración clandestina.

La emigración será uno de los temas de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea y de la Unión Africana que se celebrará el 8 y 9 de diciembre en Lisboa.

España reforzó la inmigración legal procedente de Marruecos contratando en 2008 a 12.000 trabajadoras, contra 9.905 en 2007 y 1.200 en 2005.

Las mujeres trabajan tres meses cosechando fresas por un sueldo de 32,45 euros por dí­a. El alojamiento corre a cargo del empresario. Las obreras deben después volver a Marruecos.

«Para estar seguros de que volverán a su paí­s al término de su contrato, las obreras deben estar casada y ser madres de familia», explica a la AFP el director general de la Agencia Nacional de Promoción del Empleo y las Competencias (ANAPEC).

«Estas dos condiciones de contratación, impuestas por el empresario, son molestas pero, pese a todo, deseamos ampliar esta relación con otros paí­ses europeos, además de España», añadió Hafid Kamel.

En 2007, unos 400 trabajadores temporales marroquí­es viajaron a la isla francesa de Córcega. Italia, Canadá, Grecia y Portugal también presentaron peticiones de mano de obra marroquí­. «Queda todaví­a concretizarlas», señaló Kamel.

La ANAPEC ofrece también empleos a los diplomados de escuelas de turismo. En enero, un grupo hotelero español firmó un acuerdo para contratar a 2.000 jóvenes marroquí­es a lo largo de cinco años proponiéndoles contratos fijos en España.

«Ahora, la inmigración legal es más importante que la inmigración clandestina», asegura Kamel, cuyo objetivo es llevar el número de trabajadores marroquí­es en Europa a 20.000 por año.

Las autoridades marroquí­es interceptaron durante el primer semestre de 2007 a más de 5.500 inmigrantes clandestinos, procedentes principalmente del Africa subsahariana, que se dirigí­an a España. Esta cifra representa un retroceso de más del 50% en comparación con el mismo periodo de 2006, según fuentes oficiales.

Los criterios impuestos para la inmigración legal son draconianos.

Así­, la prensa marroquí­ critica a la ANAPEC por haber aceptado que las candidatas tengan menos de 40 años, sean madres de familia y obtengan la autorización de su esposo.

Este último punto entra en «contradicción total con el nuevo código de la familia que permite a la mujer viajar y circular libremente», señala una ONG marroquí­.

«No reclamamos un acuerdo por escrito del marido, solamente le informamos de forma verbal de que su mujer quiere ir a trabajar a España», asegura un responsable de la ANAPEC, Mohamed Chabatou.

En la oficina regional del agencia en Fes, Buchra Amis, de 27 años, lamenta dejar a sus hijos y a su marido. «No puedo hacer nada más, me voy a trabajar por ellos», afirma.

Karima Sibari, su amiga, asegura que el organismo impuso estas condiciones porque en el pasado «algunas mujeres no volvieron y dañaron a Marruecos prostituyéndose».