Las víctimas del cólera en Zimbabue piden asistencia médica en Sudáfrica.
Numerosos zimbabuenses enfermos de cólera viajaron a Sudáfrica, tratando desesperadamente de sobrevivir a la epidemia que ya costó la vida a unas 300 personas en su país, indicaron funcionarios de sanidad ayer.
La ONU indicó que al menos 294 personas murieron y que se detectaron unos 6 mil casos más de esta enfermedad letal si no es tratada a tiempo.
Los hospitales y las clínicas de Zimbabue tienen dificultades para proporcionar a sus pacientes los medicamentos y equipos más elementales, por lo cual muchas personas buscan ayuda en la vecina Sudáfrica.
Responsables de sanidad en la ciudad fronteriza sudafricana de Musina dijeron que su hospital local ha tratado a 168 pacientes de cólera hasta ahora, y que 27 todavía están en el nosocomio.
Tres personas murieron en Musina, dijo Phuti Seloba, portavoz del departamento de sanidad de esa ciudad, mientras que otra falleció el pasado fin de semana en la ciudad de Durban.
La muerte en Durban de un camionero que acababa de regresar de Zimbabue creó gran preocupación en Sudáfrica.
Expertos en sanidad de ambos países se reunieron el fin de semana pasado para elaborar un plan destinado a luchar contra este brote, dijo Seloba.
«Durante la reunión, realizada en la ciudad fronteriza zimbabueña de Beitbridge, todos comprendimos que el problema no es zimbabueño ni sudafricano», dijo.
«Nos dimos cuenta de que Zimbabue no tiene suficientes equipos ni medicamentos», añadió.
«Este es nuestro problema común y tenemos que resolverlo en forma conjunta. Debemos examinar las carencias en materia de salud y encontrar una forma de hacer frente a las mismas atacando a la fuente del problema», explicó.
Sin embargo, expertos en materia de salud pública dijeron que la causa del problema es que hace una década que Zimbabue se hunde en el caos económico, aplastando a las infraestructuras nacionales bajo el peso de la mayor tasa de inflación del mundo, estimada en 231 millones por ciente en julio pasado.
Los servicios básicos de suministro de agua y sanidad se derrumbaron en todo el país, y al comenzar la temporada de las lluvias, el agua potable y las aguas residuales se mezclan en las ciudades de todo el país.
La cifra oficial de muertos en Zimbabue es de 281, pero hasta el gobierno reconoce actualmente que el cólera surge en nuevas ciudades casi diariamente.
«Dedicamos esfuerzos extraordinarios para controlar la difusión de la enfermedad a diversos lugares en todo el país», dijo Madzudzo Pawadyira, director de la Oficina de Protección Civil.
La organización no gubernamental francesa Médicos sin Fronteras estimó la semana pasada que únicamente en Harare, la capital, 1,4 millones de personas corren el riesgo de contraer esta enfermedad.
Las Naciones Unidas estimaron que cinco millones de personas, casi la mitad de la población, necesitarán ayuda alimentaria en enero.
La respuesta a la epidemia de cólera se vio bloqueada por la crisis política que existe en Zimbabue desde las elecciones, realizadas a principios de este año.
El presidente Robert Mugabe, el único mandatario del país desde la independencia, en 1980, y el líder opositor Morgan Tsvangirai, firmaron un acuerdo para compartir el poder hace dos meses, pero todavía no se han puesto de acuerdo en la integración de un gobierno de unidad.