El presidente de turno de la Unión Europea (UE), Nicolas Sarkozy, llamó el lunes a Rusia a un «comportamiento responsable» en su conflicto con Georgia, exhortando así a Moscú a aplicar el plan de paz que prevé retirar a las tropas rusas de la república caucásica.
Los 27 «quieren la paz, la confianza y las buenas relaciones de vecindad, pero al igual que nuestros amigos rusos defienden sus convicciones con fuerza, la Unión Europea también tiene principios y convicciones», declaró Sarkozy al comienzo de su reunión con su homólogo ruso, Dimitri Medvedev, en la residencia presidencial de Barvija, cerca de Moscú.
«Comparto el punto de vista de Medvedev: el acuerdo de seis puntos que hemos negociado es un buen punto de partida. Es un acuerdo que debe ser puesto en marcha (…) No dudo de que si cada uno quiere tener un comportamiento responsable, encontraremos soluciones», añadió.
El jefe del Estado francés viajó el lunes a Moscú acompañado por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el jefe de la diplomacia de la UE, Javier Solana.
El presidente ruso, por su parte, consideró que «se hicieron todos los esfuerzos necesarios para una solución (del conflicto), conforme al plan Medvedev/Sarkozy».
Sin embargo reconoció la aparición de una nueva situación tras el reconocimiento por parte de Moscú de las dos repúblicas separatistas georgianas de Osetia del Sur y Abjasia.
«Existen ciertos nuevos enfoques sobre la forma en que debemos avanzar, según el plan que aprobamos», subrayó Medvedev.
Sarkozy fue a Moscú con un mandato preciso formulado en la cumbre de la UE del 1 de septiembre: hacer que las tropas rusas vuelvan a las posiciones que ocupaban antes del comienzo del conflicto con Georgia, el 7 de agosto.
También desea lograr avances en tres puntos: un despliegue rápido de observadores de la UE en Georgia, un calendario preciso para la retirada de las tropas rusas y la apertura de discusiones internacionales sobre el futuro de Abjasia y Osetia del Sur.
Pero Rusia ya manifestó el lunes su oposición al primero de esos puntos porque un despliegue de una misión de la UE «conducirá a una fragmentación superflua» de las misiones de la ONU y la OSCE, dijo el portavoz de la diplomacia rusa, Andrei Nesterenko, en una rueda de prensa en Moscú.
Asimismo, Rusia sostiene que sólo mantiene soldados en las zonas de contención en suelo georgiano, según el punto quinto del acuerdo de paz, que prevé «medidas adicionales de seguridad» de las fuerzas rusas hasta la puesta en marcha de un «mecanismo internacional».
Sin embargo, el gobierno georgiano denunció el lunes que Rusia reforzó con 60 hombres el domingo su presencia militar en los alrededores del puerto de Poti, en el Mar Negro.
A su vez, el representante de Moscú ante la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Dimitri Rogozin, endureció una vez más el tono al advertir que Rusia suspenderá todo tipo de cooperación con la organización si Georgia accede al Plan de Acción para la adhesión a la Alianza Atlántica.
Sarkozy, Barroso y Solana tienen previsto proseguir viaje el lunes por la noche hacia Tiflis, para reiterar el apoyo europeo al presidente georgiano, Mijail Saakashvili, e informarle de sus discusiones en Moscú.
La UE se ha negado hasta ahora a aplicar sanciones a Rusia. Pero si la crisis prosigue tras los encuentros del lunes, el bloque «tendrá que ser más firme» con Moscú, advirtió el jefe de la diplomacia francesa, Bernard Kouchner.
Este se refirió abiertamente a la creación de una «central europea de compra de gas» para reducir la dependencia energética europea de Rusia.
La anulación de la cumbre UE-Rusia del 14 de noviembre figura también entre las posibles respuestas.
El 12 de agosto, Sarkozy negoció con Moscú, solo y con urgencia, un plan de paz que le valió las críticas por ciertas ambigí¼edades sobre las que ahora se apoya Rusia para justificar el mantenimiento de sus tropas en territorio georgiano distinto a Osetia del Sur y Abjasia.