Piden a EE.UU. la liberación de presos cubanos


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El faro de La Habana, instituciones, puertas, árboles y miles de cubanos lucieron hoy cintas amarillas con las que buscaron hacer llegar un mensaje al gobierno de Estados Unidos: que deje en libertad a los cuatro agentes de inteligencia presos en ese país.

Por ANDREA RODRIGUEZ, LA HABANA Agencia AP

«El simbolismo de la cinta amarilla tiene un impacto fuerte en la mente del norteamericano. Es un mensaje de amor, que apela a los sentimientos», expresó a periodistas el exagente de inteligencia René González, quien encabeza la campaña por la excarcelación de sus cuatro colegas. «Estamos tratando de enviarle el mensaje de que también somos humanos», agregó.

González, su esposa e hija encabezaron una de las varias marchas y encuentros -cada uno de centenares de personas- que se realizaron hoy en la isla y se sumaron a otras actividades en conmemoración del 15 aniversario del arresto de los agentes.

En 1998 González -el único en libertad- junto con Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González fueron detenidos bajo la acusación de pertenecer a la «Red Avispa», por la cual el gobierno cubano infiltró a grupos de exiliados radicales de Florida para prevenir sus acciones violentas.

En 1997 bombazos en hoteles de la capital isleña habían ocasionaron la muerte de un turista italiano.

Su caso fue conocido como el de «Los cinco», y los hombres fueron condenados a duras penas de prisión. González fue liberado en 2011 tras cumplir su condena de más de una década de cárcel pero se le impusieron tres años de libertad restringida en Florida por ser estadounidense. La fiscalía y la jueza le permitieron en mayo de 2013 entregar su ciudadanía para regresar a Cuba.

González apareció la semana pasada en la televisión local exhortando a sus compatriotas a usar las cintas amarillas este jueves, explicando que la tradición nació hace siglos cuando las esposas de los soldados en guerra se las ponían y tomó impulso con una canción de la década de los 60, en la cual un reo liberado le pide a su novia que coloque un listón en su árbol.

Moños amarillos en las puertas de los hogares, globos, gente con ropa de ese tono, escolares con manillas y mujeres con adornos en el cabello del mencionado color inundaron la isla desde primeras horas de la mañana.

Estudiantes realizaron un masivo mitin en la escalinata de la universidad y la asociación de artistas e intelectuales convocó a sus miembros a una caminata desde la sede de la organización hasta la Sección de Estados Unidos en La Habana, la representación diplomática de Washington en la isla.

«Pedimos la liberación de nuestros compañeros que están encarcelados injustamente. La esperanza de nosotros es que vuelvan. Ellos estaban luchando por una causa justa», dijo a la AP Maritza Lambert, una trabajadora estatal de 52 años. «Es demasiado ya lo que han sufrido» en la cárcel, agregó Jorge Luis Maresma, unos metros más allá.

Mientras, el faro de La Habana amaneció con un enorme lazo amarillo y medios de prensa informaron que se encontraba en Cuba en solidaridad con «Los cinco» la pacifista estadounidense Cindy Sheehan. En las redes sociales también hubo mensajes de apoyo a la causa.

Por la noche del miércoles el presidente Raúl Castro asistió a una gala cultural en honor a «Los cinco» que en Cuba son considerados héroes.

Se espera que en febrero de 2014, Fernando González -sin parentesco con René González- sea liberado también tras cumplir su condena; pero Hernández podría permanecer hasta su muerte en la cárcel.

A lo largo de estos años apelaciones ante la justicia de Estados Unidos determinaron que las penas estaban sobredimensionadas y activistas, así como el gobierno cubano, demandaron que el presidente Barack Obama use sus prerrogativas y los libere.

El caso de «Los cinco» es un punto importante de tensión entre Cuba y Estados Unidos pues la isla considera a estos hombres como patriotas cuya misión era evitar el terrorismo.

En varias ocasiones se mencionó, incluso por parte de funcionarios cubanos, la posibilidad de un intercambio humanitario de los cuatro todavía encarcelados por el contratista estadounidense preso en Cuba Alan Gross.

Gross fue sentenciado en 2011 a 15 años en Cuba por ingresar equipos de telecomunicaciones ilegales a la isla bajo contrato del Departamento de Estado.