El Papa Benedicto XVI urgió hoy al presidente estadounidense George W. Bush a usar «la diplomacia paciente para resolver los conflictos», aunque no mencionó la guerra en Irak, a la que se opone fuertemente el Vaticano.
«Estados Unidos se ha mostrado tradicionalmente generoso para satisfacer las necesidades humanas inmediatas, promoviendo el desarrollo y ofreciendo alivio a las víctimas de catástrofes naturales», dijo Benedicto en una ceremonia de bienvenida en la Casa Blanca.
«Confío en que esta preocupación por la mayor familia humana continuará encontrando expresiones en apoyo a los esfuerzos pacientes de diplomacia internacional para resolver conflictos y promover el progreso», indicó el pontífice, que realiza la primera visita a Estados Unidos de su papado, iniciado en 2005.
«De esta forma, las próximas generaciones podrán vivir en un mundo donde la verdad, la libertad y la justicia puedan florecer. Un mundo donde la dignidad y derechos dados por Dios a todo hombre, mujer y niño sean valorados, protegidos y fomentados», añadió.
El Papa también elogió la vibrante vida religiosa en Estados Unidos y llamó a los estadounidenses a no perder de vista el derecho de «cada individuo y grupo a hacer oír su voz».
«En un momento en que el país enfrenta temas políticos y éticos de nuestro tiempo cada vez más complejos, confío en que los estadounidenses encontrarán en sus creencias religiosas una fuente preciosa de inspiración para un diálogo razonable, responsable y respetuoso en el esfuerzo por construir una sociedad más humana y más libre», dijo Benedicto XVI.
El pontífice dijo ayer, en el vuelo de Roma a Washington, que hablará con Bush sobre el tema de inmigración cuando ambos se reúnan tras la ceremonia de bienvenida.
También se esperaba que se refiriera a Irak, donde han muerto más de 4 mil soldados estadounidenses en una guerra a la que se opuso fuertemente su predecesor Juan Pablo II.