Pide obediencia a futuros sacerdotes


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El papa Benedicto XVI pidió ayer compromiso, austeridad y obediencia a 3 mil 500 jóvenes seminaristas y, a pesar de la crisis de vocaciones que sacude Europa, señaló que el camino del sacerdocio sólo debe emprenderse si se tiene el firme convencimiento de la llamada de Dios.

MADRID Agencia AP

«Abrid vuestra alma a la luz del Señor para ver si este camino, que requiere valentí­a y autenticidad, es el vuestro, avanzando hacia el sacerdocio solamente si estáis firmemente persuadidos de que Dios os llama a ser sus ministros, y plenamente decididos a ejercerlo obedeciendo a las disposiciones de la Iglesia», dijo Benedicto XVI durante una misa en la catedral de La Almudena en Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.

La solemne eucaristí­a dio inicio al tercer dí­a del Pontí­fice en España, donde participa junto a centenares de miles de jóvenes católicos de todo el mundo en la jornada de la juventud.

Al igual que en sus anteriores discursos en el paí­s ibérico, el Papa aludió a las crí­ticas a la Iglesia en su homilí­a, pidiendo a los seminaristas valor y fidelidad para afrontar los difí­ciles momentos que puedan plantearse en el futuro.

«No os dejéis intimidar por un entorno en el que se pretende excluir a Dios y en el que el poder, el tener o el placer a menudo son los principales criterios por los que se rige la existencia», afirmó.

«Puede que os menosprecien, como se suele hacer con quienes evocan metas más altas o desenmascaran los í­dolos ante los que hoy muchos se postran», agregó.

La misa en la catedral de la Almudena, la única del mundo que alberga una escultura en honor del fallecido pontí­fice Juan Pablo II, fue atendida también por 120 obispos, 90 españoles y 30 extranjeros. Previamente, y en un gesto inédito en este tipo de eventos, Benedicto XVI confesó a cuatro jóvenes en el parque del Retiro, donde se ubicaron 200 confesionarios para los peregrinos.

El Pontí­fice fue ovacionado por seminaristas, sacerdotes, obispos y cardenales que se reunieron en la catedral cuando al final de la misa anunció que «pronto» declararí­a a San Juan de ívila, doctor de la Iglesia.

El tí­tulo de doctor está reservado a aquellos hombres y mujeres cuyos escritos sobre la fe hayan brindado un gran servicio a la Iglesia Universal.

Tras la eucaristí­a, el Papa recibió la visita en la sacristí­a del lí­der de la oposición y presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, quien quiso saludarle en carácter de encuentro privado.

Por la tarde estaba programada la visita del Pontí­fice a un centro asistencial a enfermos de la arquidiócesis de Madrid y su esperado encuentro en la Nunciatura con Sor Teresita, una monja de clausura de 103 años que saldrá de su convento por primera vez en 40 años para conocer al Pontí­fice.

Al caer la noche tendrá lugar uno de los actos centrales de estas jornadas: una vigilia con jóvenes en el aeródromo de Cuatro Vientos, a las afueras de la capital española, a la que se espera asistan un millón de fieles.