Petróleo y medio ambiente


Uno de los damnificados por el ciclón Nargis. El mundo está atento ante los problemas causados por el cambio climático.

Los cinco paí­ses con costas en el írtico se reunirán este miércoles en Groenlandia para dialogar sobre los desafí­os que plantea el calentamiento de la Tierra y los problemas de delimitación de las fronteras de la región, que albergarí­a importantes riquezas en hidrocarburos.


Frente a las reivindicaciones de Rusia, Estados Unidos, Canadá y Noruega en el írtico, Dinamarca invitó a los ministros de Relaciones Exteriores de estos paí­ses a Ilulissat, en el oeste de Groenlandia, su territorio de ultramar.

«Debemos solucionar nuestros problemas pací­ficamente y a través de acuerdos conformes a las leyes internacionales», afirmó el jefe de la diplomacia danesa, Per Stig Moeller.

La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, que participará en una conferencia sobre Irak en Estocolmo, delegó en el número dos del Departamento de Estado, John Negroponte, la misión de dirigir a la delegación estadounidense.

Canadá estará representado por su ministro de Recursos Naturales, Gary Lunn, y Rusia, Noruega y Dinamarca por sus ministros de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, Jonas Gahr Stoere y Per Stig Moeller, respectivamente.

La carrera por las riquezas potenciales del írtico se acelera por el derretimiento del hielo, que abre nuevas ví­as marí­timas y facilita la exploración petrolera, y los paí­ses con costas en este océano intentan quedarse con su parte de la torta.

El írtico se ha convertido en una fuente de conflictos entre estos cinco paí­ses y las provocaciones se han multiplicado en los últimos tiempos, deploró el ministro danés.

Canadá y Dinamarca se disputan la soberaní­a de la isla Hans, mientras canadienses y estadounidenses están en desacuerdo sobre el Pasaje Noroeste, que une el Atlántico al Pací­fico.

El verano boreal pasado, exploradores rusos colocaron una bandera en el fondo del océano, a más de 4 mil metros de profundidad, al final de una expedición que dejó en evidencia las pretensiones territoriales de Moscú en el írtico.

«Sudáfrica puede colocar su bandera también si lo desea. Eso no cambiará nada», ironizó el jefe de la diplomacia danesa, y subrayó la necesidad de «respetar los acuerdos internacionales existentes».

El ministro danés, no obstante, no espera una clarificación en el seno de la ONU antes de 2020.

El derecho internacional prevé una zona de soberaní­a de 200 millas náuticas en torno a las costas de los paí­ses que dan al írtico.

Pero queda un territorio de 1,2 millones de kilómetros cuadrados sujeto a todas las codicias, porque supuestamente contiene en su subsuelo un cuarto de las reservas de petróleo y de gas aún inexplotadas en el mundo, según el organismo estadounidense US Geological Survey.

La Convención de la ONU sobre el derecho del mar, ratificada por todos los paí­ses con costas en el írtico a excepción de Estados Unidos, estipula que cada Estado puede presentar reivindicaciones hasta diez años después de haberla ratificado si presenta pruebas cientí­ficas que justifican la extensión de su meseta continental.

El recalentamiento climático ha intensificado la necesidad de un reglamento internacional.

El derretimiento de los hielos en el írtico es «mucho más rápido» de lo previsto y se acerca a un «punto de no retorno», según un estudio publicado el mes pasado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wide Fund for Nature).

El casquete glaciar de Groenlandia, cuyo volumen actual es estimado en 2,9 millones de metros cúbicos, y los hielos del Océano írtico, evaluados en 4,4 millones de metros cúbicos en septiembre de 2007, están en sus niveles históricamente más bajos, según el WWF.

La seguridad marí­tima y la protección de un ambiente frágil en el írtico también estarán en la agenda de discusiones de los cinco paí­ses.

El recalentamiento climático ha intensificado la necesidad de un reglamento internacional.