Los precios del petróleo evolucionaban nuevamente hoy al alza, por encima de los 132 dólares el barril, al día siguiente de una sesión en la que superaron primera vez los 135 dólares antes de cerrar en torno a los 130 dólares.
En el New York Mercantile Exchange (Nymex), el barril de West Texas Intermediate (designación del «light sweet crude» negociado en EE.UU.) para entrega en julio subía, hacia las cuatro de la mañana (hora de Guatemala), 1,31 dólares, hasta los 132,12 dólares.
A la misma hora, el barril de Brent del mar del Norte para entrega en julio se situaba en los 132,23 dólares, un alza de 1,72 dólares, en el Intercontinental Exchange de Londres (ICE).
Ayer, al término de una escalada desenfrenada en tres sesiones consecutivas, los precios del crudo alcanzaron niveles jamás registrados, de 135,14 dólares en Londres y 135,09 dólares en Nueva York.
Se replegaron alrededor de los 130 dólares al cierre, debido a que muchos inversores decidieron retirar sus beneficios.
«Pensamos que el retroceso de los precios de ayer será visto como una ocasión de comprar petróleo a mejor precio antes de un largo fin de semana», declaró Ed Meir, de la casa de corretaje MF Global.
«Los mercados todavía están agitados, por lo que es posible que se dé una nueva escalada vigorosa, una última explosión especulativa», agregó.
Tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña el lunes es día festivo, por lo que los mercados como el Nymex permanecerán cerrados y las transacciones se verán limitadas.
Desde inicios de mayo, las cotizaciones del crudo escalaron unos 35 dólares, en un mercado cada vez más convencido de que las reservas disponibles no bastarán para saciar el apetito de los países emergentes.
Los inversores temen que la producción de los Estados productores al margen de la OPEP siga estancada y «no logre alcanzar la capacidad necesaria para satisfacer una demanda creciente, estimulada por las economías boyantes de los mercados emergentes», subrayó Andrey Kryuchenkov, analista de Sucden.
El desempeño decepcionante de Rusia, segundo productor mundial después de Arabia Saudita, ha alarmado al mercado. Después de varios años de fuerte crecimiento, la producción rusa de hidrocarburos parece haber tocado techo desde enero.
Las promesas del primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, que se comprometió a estimular la producción aliviando el régimen fiscal para las compañías petroleras, no han tranquilizado por el momento a los operadores.
Para el presidente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el argelino Chakib Jelil, el retroceso de la producción de crudo en grandes países al margen del cartel, como Rusia, México y Noruega, ha contribuido al alza de las cotizaciones.
Pero según analistas, ese argumento es una tentativa de descargar la responsabilidad de la OPEP.
Desde septiembre, el cartel, que suministra el 40% de la oferta mundial, ha mantenido idéntica su producción, alegando que el mercado cuenta con una provisión suficiente.
El secretario general de la OPEP, Abdalá el Badri, afirmó ayer que el mercado petrolero se ha vuelto «completamente loco» y apuntó a los especuladores y a la debilidad del dólar para justificar la escalada de los precios.