Los precios del petróleo terminaron la semana en fuerte baja, perdiendo más de 2 dólares al cierre de ayer, a causa de temores de un descenso del consumo de energía, cuando incluso la OPEP incrementó su producción.
En el New York Mercantile Exchange (Nymex), el barril de West Texas Intermediate (designación del «light sweet crude» negociado en EE.UU.) para entrega en septiembre cerró en 123,26 dólares, en baja de 2,23 dólares en relación al jueves.
Este claro repliegue lleva a 25 dólares la pérdida registrada por el oro negro en relación a su récord absoluto de 147,27 dólares alcanzado en Nueva York el 11 julio. En la semana, bajó 5,62 dólares.
En Londres, el barril de Brent del mar del Norte para entrega en septiembre descendió 1,92 dólares, terminando en 124,52 dólares.
«Los fundamentos de la oferta y de la demanda comenzaron a hacer efecto nuevamente», explicó Phil Flynn, analista del gabinete Alaron Trading.
Estados Unidos anunció el miércoles un descenso del consumo de productos petroleros, cayó en las últimas semanas a su nivel más bajo desde enero de 2007. El consumo de gasolina fue el más afectado, con una reducción de 2,4% en relación a un año antes, en medio de la temporada estival de largos desplazamientos en automóvil.
Las señales de agotamiento de la demanda también son visibles en Asia: las importaciones de crudo habrían bajado por primera vez en 9 meses en Japón, segundo importador mundial, según analistas.
Paralelamente, la Organización de Países Exportadores de Petróleo, que representa 40% de la producción mundial, aumentó su producción en 200 mil barriles en julio en relación a junio, según a firma de servicios petroleros Petrologistics.
Esta noticia neutraliza los temores sobre el nivel de disponibilidad de la oferta.
«La semana próxima, los precios descenderán cerca de los 120 dólares, el nivel en el que estaban en mayo, porque el mercado petrolero entró en una fase de repliegue», pronosticó John Kilduff, analista de MF Global.