Los precios del petróleo terminaron ayer en neta baja en Nueva York y Londres, donde los operadores realizaron tomas de beneficios luego de un nuevo récord histórico desencadenado por un sorpresivo descenso de las reservas estadounidenses de crudo.
En el New York Mercantile Exchange (Nymex), el barril de «light sweet crude» para entrega en septiembre bajó 1,68 dólar, cerrando en 76,53 dólares.
Del otro lado del Atlántico, en Londres, el Brent del mar del norte para entrega en septiembre descendió 1,70 dólar para terminar en 75,35 dólares el barril.
El anuncio en la mañana de un descenso mayor que el esperado de las reservas de crudo en Estados Unidos, impulsó casi inmediatamente los precios del barril a un nuevo récord histórico.
Luego de haber superado la barra de los 78 dólares el martes, el barril subió en la mañana de ayer hasta 78,77 dólares, dejando atrás su precedente récord del 13 de julio de 2006, de 78,40 dólares.
Este nivel corresponde a una apreciación del precio del petróleo de más de 12 dólares en Nueva York, casi 20%, desde mediados de junio.
Sin embargo, luego de superar ese nivel, los precios comenzaron a replegarse rápidamente, pasando debajo de los 77 dólares.
«El nuevo récord generó una ola de tomas de beneficios en el mercado, donde muchas personas esperaban la oportunidad de un récord para vender», explicó John Kilduff, analista de de Man Financial.
El departamento de Energía estadounidense anunció un descenso seis veces mayor que el previsto de los stocks de crudo, que bajaron en 6,5 millones de barriles la semana finalizada el 27 de julio.
Paralelamente, el ritmo de producción de las refinerías se aceleró más que lo esperado, a 93,6% de su capacidad.
Luego de inquietarse durante varias semanas por el estado de las reservas de gasolina estadounidenses en el período estival de largos viajes en automóvil, la atención de los operadores se concentra ahora en el nivel de los stocks de crudo, por temor a que la oferta no sea suficiente para satisfacer la demanda de las refinerías.
«Teniendo en cuenta el incremento del ritmo de las refinerías, las tensiones en el mercado del crudo y de la gasolina y la fuerte demanda mundial de combustible -pese a los elevados precios- el crudo debería superar los 80 dólares el barril en un futuro no muy lejano», advirtió Bart Melek, analista de BMO Capital Markets.
Además, «una reducción mundial de las perspectivas de la oferta parece estar concitando una nueva ola de especuladores al mercado», subrayó Kilduff, señalando que ello amplifica las oscilaciones de los precios.
Luego del récord registrado por el crudo en Nueva York, el director de la Agencia Internacional de Energía (AIE), Claude Mandil, llamó implícitamente a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a aumentar su producción.
«Los precios del petróleo están muy altos porque reaccionan al anuncio de las reservas estadounidenses, que cayeron mucho más de lo previsto», dijo Mandil a la AFP.
«Espero que todo el mundo saque las conclusiones» de este récord, añadió, en alusión a la OPEP, que no parece decidida a aumentar su producción antes de septiembre, pese a la subida vertiginosa de los precios del crudo desde comienzos del verano boreal.
Los miembros de la OPEP, que suministra 40% de la oferta mundial, insisten en que los recientes aumentos en el precio del crudo se deben a razones geopolíticas y no a una escasez de la oferta.
El cartel discutirá sobre el nivel de producción de petróleo en su próxima reunión a celebrarse el 11 de setiembre en Viena, Austria.
En su última reunión realizada en marzo, la OPEP decidió mantener su cuota oficial de producción en 258 millones de barriles diarios.