Tras los récords históricos alcanzados este año, los precios del petróleo podrían bajar en 2007 como consecuencia de una rebaja de la tensión geopolítica y de que la producción mundial empezará a nivelarse con la demanda, indicaron expertos.
«La noticia a lo largo de este año ha sido el nerviosismo del mercado como resultado de tensiones geopolíticas», subrayó Simon Wardell, analista del centro de investigación Global Insight.
En 2005, los precios del crudo se elevaron fuertemente también debido al gran apetito de petróleo de China, India y Estados Unidos, y por causa del impacto en la producción de los fuertes huracanes en el golfo de México.
En 2006, en un contexto de una oferta aún limitada, los precios del barril fueron empujados al alza debido al miedo por la inestabilidad geopolítica, principalmente en Oriente Medio, que se temía que afectaría a los flujos de crudo.
Desde enero, la reanudación del programa nuclear de Irán y el riesgo de sanciones de Naciones Unidas hicieron temblar a los mercados, que temían que Teherán podía responder suspendiendo sus exportaciones de petróleo.
Al mismo tiempo, Nigeria, el principal productor en ífrica, fue escenario de violentos ataques por militantes separatistas en el delta del Niger (sur), que mermaron la producción del país en un 30%.
A ese paisaje inestable se agregaron los disparos de misiles norcoreanos y la guerra en Líbano entre Israel y el Hezbolá, en julio pasado, así como la intensificación de la violencia e inseguridad en Irak y el endurecimiento de las relaciones entre Washington y el presidente venezolano, Hugo Chávez.
El nerviosismo creció también por la amenaza de una temporada de huracanes tan intensa como en el 2005 y por el cierre del campo de Prudhoe Bay en Alaska, el más importante campo petrolífero de Estados Unidos, debido a problemas de un oleoducto.
Como resultado, los precios del crudo impusieron récord tras récord hasta alcanzar 78,40 dólares el barril en julio en Nueva York y 78,64 dólares en agosto en Londres.
El precio del barril vale ahora 20 dólares más que a principios del año y cuatro veces más que a principios del 2002.
Mientras los productores -tanto los miembros de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) como los países fuera del cartel- bombeaban al máximo, cualquier perturbación de la producción habría tenido un fuerte impacto, enviando los precios del barril a las nubes.
«Pero no todo lo malo que se creía iba a ocurrir en 2006 sucedió», comentó Ed Morse, de la firma de inversiones Lehman Brothers, que citó por ejemplo la ausencia de huracanes y de sanciones contra Irán, que no se materializaron, pese a las amenazas.
Debido a la reducción de la ansiedad en el mercado, el precio del barril, que algunos analistas vaticinaban podía alcanzar cien dólares, cayó.
«La prima de riesgo, que durante el verano boreal se elevaba a 25 ó 30 dólares, bajó a alrededor 15 dólares, y el petróleo se acerca a un precio de equilibrio que se basa en la oferta y la demanda, situándose entre 55 y 60 dólares», notó Simon Wardell.
En 2007, «el precio del barril de crudo subirá probablemente durante el invierno (boreal)», cuando hay mayor demanda, pero «luego se replegará a lo largo del año, a medida de que la oferta alcance la demanda», vaticinó el analista.
Ayer, el barril de crudo cerró a 63,43 dólares en el New York Mercantile Exchange.