A pesar de múltiples protestas de la población, ayer fue reabierta la base militar en Ixcán, Quiché, cuyos elementos son poco más de mil.
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La nueva inauguración de la Sexta Brigada Militar, «Antonio José de Irisarri», se realizó en medio del disgusto de los vecinos de Ixcán, quienes no quieren la presencia de los soldados destacados en el lugar para que se retome el control del territorio y operar efectivamente en los departamentos de Petén, Izabal y Huehuetenango.
El presidente ílvaro Colom indicó que esta brigada es parte del plan estratégico para «iniciar un combate frontal al crimen organizado y el narcotráfico». Además, se dice que la inauguración es un importante paso para el desarrollo de Guatemala, con esperanzas para el turismo, agricultura, nuevas fuentes de empleo, protección del medio ambiente y control de las fronteras patrias.
Ixcán fue una región reprimida militarmente durante el conflicto armado interno. Según las Naciones Unidas, en este municipio se realizaron 102 matanzas colectivas, con saldo de 2 mil 800 asesinados.
Por ello, las organizaciones locales se pronunciaron en contra de esta reinstalación informando que la labor del Ejército no es el combate a la delincuencia, y que «La presencia militar no traerá mayor seguridad y tranquilidad, sino más cantinas, prostíbulos y violencia al municipio».