Personalidad (de persona)


«Diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra.»

Carlos Asturias

El orgullo de ser padre y ver los éxitos o también los fracasos de nuestros hijos es parte de la vida humana, y por qué no ampliarlo con el agregado de que ¿lo habremos hecho bien?; cada quien y por definición tiene una personalidad propia, que entre más definida y fuerte, más propensa a defender sus principios.

Quisiéramos ver reflejados en nuestros hijos, el espejo de nuestra propia personalidad, que lejos de la realidad nos situamos, algunos y por cuestiones ajenas a esa definición, tienen una parecida a la propia nuestra, pero negar que otros ya traen la suya y nada les hará cambiar, también es una indudable realidad.

Mi hijo varón (El Cume, es decir el más pequeño como se dice por Oriente), fue esa escuela para mi propio EGO, querí­a que fuese como era yo, el siempre fue como quiso ser; su voz interna le decí­a que serí­a un magnifico Licenciado en Ciencias Internacionales, y eso es ahora, con una formación académica que él se forjó desde la San Carlos y una Universidad Privada. Es decir una conciencia social con basamento educativo bastante adecuado, en nuestro medio.

Orgullosamente ahora y después de ejercicios prácticos de su profesión, sin respaldo ni necesidad de apañalarse, bajo las enaguas de ninguna de esas sectas partidistas politiqueras, que no son más que grupos en donde unos invierten sus dineros, bien o mal habidos, vaya usted a saber.

Todos mis hijos tienen su propia personalidad y es tan variada la gama, que uno como padre lo ve y comprende; me permití­ dirigirme a uno casi en especial por el hecho de que acaba de ser padre y me dio una nieta más, aunque como se dice, aun hay otra por allí­ con la escopeta cargada.

Siento que aun con lo vagabundo y errante que fui en el deambular por Guatemala, no estaba tan perdido. Mi lucha no fue estéril, que al igual que esos padres buenos, de los cuales Guatemala está plagado, algo ganamos en la construcción de un mejor paí­s, tengo nietos diseminados por el mundo entero, uno en Francia, uno en Suiza, varios en USA, llevando a tuto esa gotita de sangre de apellido Asturias, nadie huyendo o prófugo de la justicia de su propia tierra.

Bendito Dios que lo sigo viendo, con contarles que un gran finquero de Texas me felicitó por esa herencia transmitida, el coraje y la honestidad que exudan esos ixchocos. A mi nieta más pequeña de ese grupo se le calificó como de alto promedio intelectual, queriendo subirla de varios grados, a lo que los padres se opusieron pues debe ser tratada y conservar esa juventud, que cuántos no quisiéramos de vuelta.

Cuento esto porque es sumamente delicada esa absorción de cerebros por paí­ses desarrollados y como para muestra un botón; existí­a en Retalhuleu, un jovencito de esos superdotados, el cual y ante su capacidad en diseño aéreo espacial fue tomado por la institución correspondiente de USA y se fue a tierras del Tí­o Sam. Hoy vaga por el mismo Reu, barbado, desaliñado y un poco atontado, podrán ser suposiciones o comentarios de pueblo del tercer mundo, allí­ está. Qué ganó Guatemala y qué perdió esa brillante cabeza, nunca lo sabremos a ciencia cierta.