Persisten abusos de pilotos de buses urbanos


Eduardo_Villatoro

Con frecuencia, ya sea que les asista la razón o no, propietarios de automóviles y otra clase de vehículos de uso particular y familiar se quejan que agentes de las Policías Municipales de Tránsito (PMT) de la capital y Mixco les imponen remisiones por reales o supuestas infracciones a normas del tránsito automotor; pero, finalmente, terminan a regañadientes por pagar las multas, aunque a veces con rebajas.

Eduardo Villatoro


Si eso sucede con pilotos de carros, motos y picops, no se justifica que el jueves 5, choferes y/o dueños de autobuses urbanos que circulan en ambas jurisdicciones municipales hayan bloqueado arterias tan transitadas como las que bordean El Trébol, causando descomunal caos durante varias horas y perjudicando a decenas de miles de personas que se dirigían a sus centros de  trabajo, en su afortunadamente infructuoso propósito de que las sanciones que se les han aplicado quedaran sin efecto.
  
Pese a la firmeza de los funcionarios edilicios frente a esas medidas de hecho, de todas maneras numerosos pilotos del servicio colectivo de pasajeros persisten en sus mismas y porfiadas conductas violatorias a reglas establecidas en lo que respecta a cobrar más de las tarifas autorizadas, a cambiar antojadiza y repentinamente las rutas trazadas, a detener la marcha de sus vehículos en cualquier sitio, sin importarles que al hacerlo en bocacalles y cruceros afecten a  pilotos de otros automotores y provoquen constantes atascos.
 
Los casos citados sólo son un ejemplo de los abusos que comete la mayoría de esos cafres, puesto que abundan otras infracciones a la vista de agentes de la PMT de las dos comunas y de otros municipios adyacentes a la capital, sin que se observe que sean objeto de remisiones, y de ahí que resulta imprescindible que los alcaldes Álvaro Arzú y Otto Pérez Leal y sus colaboradores cercanos procedan con igual consistencia como actuaron frente al desafiante paro de la semana antepasada.
 
Es usual soportar a choferes de camionetas que circulan expeliendo humo negro a diestra y siniestra, en descarada contaminación al ambiente; que transitan a altas velocidades en arterias, calles y avenidas no aptas para correr desenfrenadamente; que hacen sonar sus estridentes bocinas aun frente a hospitales y asilos para ancianos; que carezcan de luces y señales en la parte posterior, lo que en horas nocturnas constituye un grave riesgo, muchas veces mortal, para los automovilistas que van detrás de esos buses.
 
En fin, así como no se cedió para anular las multas impuestas por infringir normas relacionadas con el cobro de tarifas indebidas y transportar excesivos pasajeros, los agentes municipales de tránsito también deben infraccionar severamente a los pilotos de autobuses que violan reglas atinentes a los casos citados en el párrafo anterior, que comenten cotidianamente.  
 
(Romualdo Tishudo y su hermano fueron embestidos por un bus. El primero rompió el vidrio delantero y cayó dentro de la camioneta y el otro fue aventado a 15 metros; pero ambos fueron capturados. Uno, acusado por abogados de los  camioneteros de invadir propiedad privada, y el otro, por huir del lugar del accidente).