Casi un año después de que registrara la avería de varios reactores, la planta nuclear japonesa a la que asoló un tsunami tiene en ruinas diversas estructuras y apenas se mantiene en funcionamiento con equipo improvisado.
Japón había anunciado en diciembre que la nucleoeléctrica Dai-ichi de Fukushima se encontraba estable y que radiación mínima había escapado de sus reactores fusionados.
El jefe de la planta, Takeshi Takahashi, dijo hoy que tiene que admitir que la instalación continúa bastante «frágil». Takahashi asumió el cargo en diciembre tras la renuncia de su predecesor por razones de salud.
La prensa extranjera destacada en Tokio, incluida The Associated Press, efectuó hoy un recorrido por la planta que organizó la operadora de la misma, la firma Tokyo Electric Power Co.
Por otra parte, una investigación independiente determinó que el gobierno de Japón ocultó información sobre todo el peligro que significaba el desastre de la planta nuclear de Fukushima a su propia gente y a su principal aliado Estados Unidos.
Según el informe que publicó la Fundación Iniciativa para Reconstruir Japón, la decisión podría haber puesto en riesgo las relaciones entre Japón y Estados Unidos en los primeros días que siguieron al accidente.
El documento compilado durante seis meses en base a entrevistas con más de 300 personas, emite una cruda verdad de cómo los líderes minimizaron los riesgos sobre las fusiones del núcleo de los reactores durante el mes de marzo en la planta nuclear Fukushima Dai-ichi después de un destructor terremoto y un maremoto.