Las personas que ocupan cargos desde los cuales ejercen autoridad deberían ser las más respetuosas de la seguridad física y de la libertad de expresión y el derecho de informar, porque se supone que están obligadas a dar el ejemplo en acatar normas constitucionales y otras leyes que presuntamente resguardan a los periodistas en el cumplimiento de sus actividades.
Pero en Guatemala cada día más se incrementa la violencia criminal y se atropellan impunemente derechos de cualquier ciudadano, de tal manera que durante los recientes días se han registrado casos en los que las víctimas son periodistas en el ejercicio de profesión, como las amenazas de muerte que casi cotidianamente recibe Lucía Escobar, columnista de elPeriódico y directora de Radio Atí y de la revista Atí, quien radica en Panajachel, así como Gustavo Girón, corresponsal en Sololá de Guatevisión.
. El grado de impunidad es tan notorio que en un noticiario del canal PanaDish, propiedad del alcalde Gerardo Higueros, se transmitió una entrevista en vivo con integrantes de la ominosa Comisión de Seguridad (brazo oculto del no menos detestable grupo de Los Encapuchados que opera en ese municipio de Sololá), y el comisario local de la Policía Nacional Civil, quienes acusaron a la periodista de traficante de drogas, como resultado de las denuncias que han planteado sobre los abusos y presuntos delitos cometidos por los sujetos que se cubren el rostro para no ser identificados. A Lucía le han hecho llegar mensajes amenazantes por diferentes vías, diciéndole: “Vas a terminar en el fondo del lagoâ€; pero la periodista, en vez de amedrentarse, ha denunciado en su columna el hostigamiento en su contra, al indicar “Yo acuso a Juan Manuel Ralón, Víctor Anleu, Teresa Cohello y a la Comisión de Seguridad de Panajachel por haber representado y defendido a los encapuchados, y también al alcalde Higueros, a la gobernadora departamental Elena Ujpan Yojcom y a Carlos Menocal, ministro de Gobernación, porque su indiferencia y omisión los hace cómplices de asesinato y tortura. Si la próxima en descansar en el lago con piedras amarradas al cuerpo, soy yo, ya sabrán a quién culparâ€. Por su parte, los periodistas Héctor Cordero y Diego Morales, corresponsales en el departamento de Quiché del noticiario Guatevisión, fueron agredidos por guardaespaldas del diputado Mario Rivera, exdirigente del FRG y actualmente de la UNE, ante la presencia de agentes de la PNC, que observaron impávidos la embestida de los sujetos que son escoltas de un legislador que ha sido señalado de actos de corrupción, sin que haya sido sometido a juicio en los órganos jurisdiccionales. Al repudiar las amenazas contra Lucía Escobar y Gustavo Girón y las agresiones físicas sufridas por los reporteros Héctor Cordero y Diego Morales, si en algo vale mi fraterna solidaridad, les exhorto a no cejar en su empeño de formalizar las denuncias contra sus ofensores y a continuar con sus actividades de comunicadores sociales. (El corresponsal Romualdo Tishudo cita a Mahatma Gandhi: -La fuerza no viene de la capacidad física sino de la voluntad indomable).