El escritor español Arturo Pérez-Reverte presentó el jueves «El asedio» en Cádiz (sur), donde se desarrolla esta historia de suspense con la invasión francesa, la primera Constitución española, de 1812, y las independencias americanas como telón de fondo.
«Es una novela de géneros: policiaca, de espionaje, científica, de amor folletinesco, de marina, de aventura, de enigma y de misterio», explicó el escritor sobre su obra, situada en una Cádiz de 1811 asediada por las tropas napoleónicas, con las que los españoles libran la Guerra de la Independencia (1808-1814).
«Quería hacer una especie de balance narrativo», «una novela que reuniese todas mis novelas», ahondó el autor, de 58 años, que el jueves presentó «El asedio» –de 700 páginas y en el que ha trabajado dos años–, en el ayuntamiento de Cádiz y después recorriendo el casco antiguo de la ciudad, que acogerá la Cumbre Iberoamericana en 2012.
Pérez-Reverte sitúa una historia con «héroes cansados que se juntan para sobrevivir» en «una ciudad abierta, moderna, que viajaba, que leía, que comerciaba», en contraste con «una España todavía oscura, de curas, de reyes, de nobles».
Es «aquel experimento de la España que debió ser, que pudo ser y que por desgracia no llegó nunca a ser», lamenta el autor de «La reina del sur».
Cádiz, situada en el extremo de un brazo de tierra que cierra una bahía, llamada «la tacita de plata» y considerada hermana de La Habana, es «un museo de arquitectura del siglo XVIII» y «un barco en medio de una bahía sometido a los vientos», por lo que le daba «unas posibilidades narrativas muy potentes», según el escritor, gran aficionado a navegar.
Mientras caen las bombas francesas, los miembros de las Cortes de Cádiz –que también integraron representantes de los territorios americanos–, preparan lo que será la primera Constitución española y tercera del mundo tras la estadounidense y la francesa.
«Es en ese momento cuando la primera oleada de modernidad empieza a entrar en España a través de esta ciudad» que «se parecía más a Londres, a Amsterdam, a Rotterdam, a Liverpool, a Baltimore», reflexiona.
Pero «nos equivocamos de enemigo: el enemigo era el rey de España de entonces, Fernando VII», absolutista; «el aliado de verdad, objetivo, político, era Francia», y «quizá por eso todavía hoy estamos pagando las consecuencias de ese error», estima.
«Quizá con una guillotina que hubiese limpiado el antiguo régimen, hoy España sería, para mejor, muy diferente», según el escritor y ex corresponsal de guerra, que ve un «evidente analfabetismo de la clase política de ahora», en «contraste deplorable» con el Cádiz liberal de inicios del XIX.
«El asedio», del que se han editado 320.000 ejemplares en España, donde se vende desde el miércoles, también se sitúa en un momento en que se suceden las independencias de las repúblicas iberoamericanas.
A este respecto «hoy América le da sentido a Cádiz de nuevo», según el autor, y Cádiz y su legado liberal «es el que puede hacer de puente moral en este momento entre la España moderna y la América moderna», en un contexto de «bicentenarios, nacionalismos a ultranza, indigenismos, en los cuales hay mucha demagogia, hay mucho lugar común, mucho atacar a la antigua metrópoli».
«El asedio» también se está imprimiendo en Latinoamérica, donde saldrá a finales de marzo o principios de abril, y el autor, cuya nueva página web recibió en la última semana unas 5.000 visitas diarias, tiene previsto ir a presentarlo en el otoño boreal, probablemente a la feria de Guadalajara (México).
Pérez-Reverte, cuya novela anterior se situaba también al inicio de la guerra contra Francia, descarta ambientar otra en las independencias iberoamericanas, ya que después de cinco obras sobre esa época, quiere «pasar página».
Para ello está preparando el séptimo tomo de su famosa serie: «De aquí a un año o menos de un año habrá un Alatriste», promete sobre el capitán del ejército español del siglo XVII llevado al cine.