Pérez Molina detuvo la espiral de violencia


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Con motivo de los primeros seis meses de su gobierno, el presidente de Guatemala, general Otto Pérez Molina, aseguró el pasado lunes en un mensaje a la Nación por medio de la televisión local que “…la creación de seis fuerzas de tarea, hoy nos permite afirmar que la espiral de la violencia la detuvimos, observándose en la reducción de homicidios y femicidios, con la desarticulación de más de sesenta bandas que se dedicaban al sicariato, la extorsión y el secuestro”.

Félix Loarca Guzmán


Muchas personas quedaron asombradas por la afirmación del gobernante sobre que su administración logró detener la escalada de violencia, pues aunque quizá podría ser una pieza de comunicación para la exportación, a nivel interno del país es algo que no corresponde a la realidad.

Coincidentemente, el jueves de la semana anterior, el Instituto de Problemas Nacionales de la estatal Universidad de San Carlos, en un acto especial realizado en el Salón Mayor “Adolfo Mijangos López” situado en el edificio de la antigua Facultad de Derecho en la zona uno de la capital de Guatemala, lanzó a circulación la revista Análisis de la Realidad Nacional, con un enfoque de coyuntura del primer semestre del régimen de Pérez Molina.

La exposición estuvo a cargo del destacado sociólogo guatemalteco, doctor Edelberto Torres-Rivas, quien utilizando un lenguaje metafórico explicó que el actual gobierno parece como un carro que se acelera, pero no camina. Es un carro con mucho ruido que corre poco, por lo que hay que examinar el motor que no funciona bien.

Con un manejo diplomático del tema, el doctor Torres-Rivas, señaló la falta de independencia del actual gobierno de los poderes fácticos, lo que dicho en otras palabras significa que está subordinado a tales poderes, entre los cuales sobresalen los sectores oligárquicos.

El análisis de don Edelberto no hizo sino confirmar la impresión del hombre común sobre que el actual gobierno ha estado oscilando entre la duda a la frustración, con  un impresionante desgaste y una acentuada crisis de confianza popular.

A pesar de la abrumadora y millonaria propaganda oficial, en el campo de la seguridad ciudadana el panorama no es nada alentador. Aun cuando el Presidente afirma que las seis fuerzas de tarea han incidido en la disminución de los delitos contra la vida, la percepción de inseguridad en la calle no se ha modificado.

Y no solo es la percepción, pues apenas anoche en un ataque a tiros,  el piloto y su ayudante de un bus del transporte público, perdieron la vida  en la zona 18 de la capital de Guatemala, mientras otras dos personas resultaron heridas. Este nuevo hecho demuestra que la violencia continúa  y que no se puede tapar el sol con un dedo.