Perdimos la fe


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Sí, como consecuencia de la conducta arbitraria, inmoral, indecente, ilegal, prepotente y abusiva de los gobernantes de los últimos veinticinco años, la población vive un desencantamiento respecto a los valores que inspiraron –supuestamente- a los equipos de gobierno que manejaron el país durante esa etapa.

Fernando Mollinedo C.


No cabe duda que la escuela dejada por la mayoría de militares en el ejercicio del poder durante los treinta años previos a la “institucionalización de la democracia” les sirvió a los gobernantes que hoy se echan baños de pureza y dicen que durante sus períodos de gobierno se manejó la res pública con el mayor de los decoros y honradez.

    Eso era lo que la población esperó de estos funcionarios: capacidad, honradez, honestidad, probidad, rectitud, integridad y esos valores morales y éticos que cacarearon en sus campañas electorales y que  se suponía tenían desde su infancia, niñez, adolescencia y edad madura para gobernar Guatemala.

    Pero… en su buena fe, la población confió y eligió en reiteradas ocasiones a personas carentes de dichos valores; el Estado de Guatemala sufrió y sufre cada día más el latrocinio de su estructura administrativa a manos de quienes con suerte y a base de mentiras llegaron a ocupar las diferentes esferas del gobierno nacional, pasando de un estado económico modesto a ilícitos súper millonarios.

    De acuerdo al DRAE, la palabra FE deriva del idioma latín, fides y significa: “Confianza, buen concepto que se tiene de una persona o cosa. Creencia que se da a las cosas por la autoridad del que las dice o por la fama pública”. Pero… ello no se cumplió y degeneró en una vorágine de enriquecimiento ilícito manipulando para ello a los diputados afines quienes elaboraron leyes a la medida de la codicia y ambición de los gobernantes de turno.

    El colmo de la delincuencia dentro del edificio del Congreso es, que entre los mismos diputados se hueveen los aparatos telefónicos; no digamos el robo/desfalco/hurto/apropiación indebida de los ochenta y tantos millones del Caso Meyer-MDF o la compra y venta de leyes como ésta última de la telefonía.  Da pena, vergüenza, asco, tristeza, desilusión ver a tanto paria sin trabajo efectivo para la población.

    Repasemos: INDE (Instituto Nacional de Electrificación), Empresa Portuaria Quetzal, Fonapaz, Ministerio de Desarrollo, autopista Marhnos (12 millones de quetzales cada kilómetro) Remodelación del aeropuerto, Guatel, Correos y Telégrafos, Indeca, IGSS, Fideicomisos municipales, Ministerio de Gobernación, Instituto de Previsión Militar, Aviateca (línea aérea nacional) Ejército de Guatemala, Banco de los Trabajadores, Congreso de la República, Sistema Penitenciario, (Crédito Hipotecario Nacional) SAT- Aduanas, Migración, grúas en los puertos, mineras, hidroeléctricas, venta de armas del Ejército a ¿quién?, concesiones petroleras en áreas protegidas y otras más…

    Por eso y muchas cosas más… perdimos la fe en los gobernantes y estamos frente a un Estado raquítico, con la justicia cooptada por el dinero y en un estado de indefensión ante la criminalidad común, organizada y la gubernamental Sólo por eso… PERDIMOS LA FE.