Frente al cambio climático, acentuado en demasía por la presencia invernal, existen percepciones diversas, a modo de un mosaico fenomenal. Coincide en el imaginario, a veces sí, a veces no, sin duda alguna. Consensuar resulta ser una tarea por demás enredada, porque cada cabeza es un mundo. Esto en base al derecho pleno individual de echar al vuelto las ideas.
La visualización de fenómenos múltiples y percepciones toma de sorpresa palpitante cada vez que tiene presencia, empero existen reales notoriedades. La tenaz acción pluvial a toda máquina motiva momentos propicios y activa creatividad. Verdadera gama de visiones mediante su materialización en el rato menos imaginado, al calor anímico de lluvias torrenciales.
Así es la reacción personal, empieza a forcejear con ideas, símiles y alarmas por los aguaceros epocales. Sembradores de granos básicos a la cabeza expresan gozosas alabanzas, puesto que favorece la agricultura. Hacen votos respecto al líquido vital que no falte y fecunde el campo y facilite las labores llevadas a feliz término, fruto de faenas incansables.
Sin embargo, otros habitantes del país (en el interior del mismo) tienen percepción opuesta, habida cuenta de inundaciones tremendas y derrumbes, causantes de daños en la infraestructura vial, también del modesto patrimonio. Máxime cuando cobra notoriedad ese basamento del comercio e industria, auténtico intercambio del elemental proceso de compraventa.
Concerniente al ámbito urbano la presencia de lluvias día y noche, genera percepción lo mismo contradictoria. Tropiezos para conducirse al trabajo cotidiano; crisis en extremo de la canasta básica, elevada a índices desaforados. Situaciones reiteradas sin falta, año con año; verdaderas sogas al cuello que aprovechan especuladores sin conciencia ni honestidad.
Otro aspecto fácil de percibir en medio de mayores complicaciones, afecta la salud. Enfermedades de las vías respiratorias en el sector infantil y adultos mayores obligan distinta percepción. Los nosocomios, actualmente, son objetivo de limitaciones presupuestarias, representantes de un real problema nocivo, debido a carencias conocidas.
Autoridades recomiendan y actúan de repente, entre ellas: entidades de servicio social al percibir el peligro, bomberos y Conred, divulgándolas por los medios de comunicación. Sin desestimar los albergues, cuya función amerita respaldo y apoyo irrestricto. Una considerable población las toma al pie de la letra. Unidos todos se perciben bien los logros.
Enfatizo en síntesis cierta percepción que goza de seguidores a granel. Siempre que su protagonismo ocupe el escenario, al visualizar con ganas sus efectos, afirmamos que son ambivalentes. Sus componentes varían sobremanera a tal grado que exhiben percepciones de contenido obligado a exprimir las entendederas, gracias a visiones que impresionan por completo.
Un día de estos, respecto al cambio climático y a título personal sentí un impacto emocional tocante a la percepción ambiental. Verifiqué un recuento vinculado con el caso y sus variaciones impresionantes. Lloviznas similares al “chipi-chipi’’ al inicio, entre negros nubarrones en lista de espera. Luego sentaron sus reales severos chaparrones sin excusa.
Enseguida ventiscas de alto poder manifiesto, capaces de sacudir y derribar árboles, por ejemplo: ceibas y restantes ejemplares frondosos, generando alarmas, por cuanto las viviendas fueron sacudidas, además de significar peligro inminente por la fragilidad de materiales empleados en la construcción. Instantes que ponen el alma en vilo, sobrecogieron de temor.
A tiempo de desfallecer la tarde, la escena ambiental se muta por completo. Veo cómo el horizonte lleva a cabo evidente mudanza, diversa escena acapara el firmamento. Empieza a dibujar volcando la paleta multicolor del véspero el entorno. El astro rey, enorme y brillante en abundancia, refleja adicional fenómeno. Toque final lo conforman celajes lúcidos.