í“pera, béisbol y Bugs Bunny


La célebre caricatura de Bugs Bunny, en la cual dirigí­a un aria de ópera. FOTO LA HORA: ARCHIVO

De un lado champán, vestidos de gala y trajes oscuros. Del otro, abrigos, gorras y mantas: en Washington el estreno del «Barbero de Sevilla» fue retransmitido en directo en el estadio de béisbol de la capital, en una iniciativa que busca democratizar la ópera.


La Opera Nacional de Washington (WNO), cuyo director general es el español Plácido Domingo, ofrece gratuitamente desde 2005 algunas representaciones al aire libre, lo que le permite multiplicar su público.

«En el Kennedy Center (la magní­fica sala de conciertos de Washington), podemos ofrecer 2.200 lugares. En el estadio de los Nationals (el equipo de béisbol local), son 25 mil», resume la portavoz de la WNO, Michelle Pendoley.

«La mitad de las personas que reservaron su lugar para el Barbero indicaron que nunca habí­an venido a la ópera de Washington», subrayó.

El sábado por la noche, para el estreno del «Barbero» –que marcó la apertura de la temporada 2009-2010– la afluencia de público fue tal que los torniquetes de entrada al estadio fallaron y los organizadores no pudieron precisar cuántas personas disfrutaron del espectáculo. «Pero probablemente superaron las 20 mil», estimó Pendoley.

El espectáculo fue difundido en el marcador del estadio, uno de los más grandes de Estados Unidos (450 m2). Para asegurar el ambiente de «estadio», los organizadores no escatimaron medios: distribución de camisetas, aparición de «Miss DC» (Miss Washington) y la difusión del «Conejo de Sevilla», un dibujo animado de 1950 protagonizado por el popular conejo Bugs Bunny.

En el Kennedy Center, el ambiente era bastante más sobrio, entre cuellos de piel y pajaritas. Pero el elenco homenajeó al béisbol enarbolando los gorros rojos de los Washington Nationals en su saludo final.

«El objetivo de la compañí­a es volver la ópera accesible a todos», indica Plácido Domingo, que no eligió la obra de Rossini por casualidad para ofrecer en forma gratuita al aire libre.

El Barbero de Sevilla «es la ópera buffa más popular de todos los tiempos», observa el tenor español, que está al frente de la WNO desde 1996. «Es una de las mejores obras para los jóvenes, las familias y la gente que va a la ópera por primera vez».

Aunque a la ópera basada en la comedia de Beaumarchais no le falta el humor, el director David Gately le agregó una buena dosis, sobre todo al final del primer acto, cuando la policí­a llega al domicilio de Bartolo para intentar arrestar al conde de Almaviva, enamorado de la bella Rosina.

El Barbero marca el debut en Washington, en el papel del conde, de Lawrence Browlee, un tenor afroestadounidense que ya sedujo al «Met» de Nueva York en el mismo papel que ha mostrado en varios escenarios del mundo desde hace siete años.

Muy aplaudido, el italiano Simone Alberghini tiene el papel de Figaro junto al espléndido barí­tono Eric Owens (Basilio).

En abril del año próximo la ópera de Washington presentará «Las bodas de Fí­garo» de Mozart, bajo la batuta del francés Patrick Fournillier.