Pensum de escuelas normales; beneficio del diálogo directo


Causó en la población guatemalteca un respiro agradable dentro de este maremágnum de problemas cotidianos, el saber que un Viceministro de Educación, entabló el diálogo directo con el sector alumnado de la carrera de Magisterio; esto viene a dar una muestra de que sí­ se puede dialogar cuando se tiene intención de hacer bien las cosas; es decir, hacer bien el trabajo para el que se les ha nombrado.

Fernando Mollinedo

El pueblo de Guatemala espera que este diálogo sea de verdad fructí­fero para la población escolar y para la sociedad; porque utilizando el sentido común, la humildad, el recato, la buena voluntad y el deseo de analizar los diferentes puntos de vista de los sectores involucrados, para luego analizarlos en conjunto y decidir por una sabia solución, entonces, se habrá logrado el objetivo común.

Lo que la prepotencia gubernamental no logró imponer en el pasado, hoy es objeto de estudio y de análisis; parece ser que ahora se logrará arribar a conclusiones válidas y, además, legales con el concurso de quienes se están formando como futuros mentores; del sector docente; padres y madres de familia de alumnos/as y, por supuesto del sector ministerial que también, como ente regulador de la educación, desea aplicar determinados cambios en dicho pensum de estudios.

Es posible coordinar esfuerzos y determinar la mejor opción curricular de la carrera magisterial; es necesario también, solicitar la ayuda de las facultades de Humanidades de las universidades del paí­s, para que brinden su colaboración, puntos de vista o recomendaciones que tengan consonancia con el sentido social de las acciones gubernamentales; eso no quiere decir que se tenga que hacer lo que sugieran; además, las conocidas instituciones económicas que en Guatemala velan por la aplicación de sistemas educativos capitalistas y/o neoliberales, de repente que podrí­an aportar una que otra idea para el efecto.

La formación de maestros/as de educación primaria no es cosa sencilla; es una tarea de las más difí­ciles para el sector docente, porque no es sólo de transmitir conocimientos, se trata de formar el espí­ritu y la conciencia de las personas que desempeñarán el importantí­simo trabajo de formadores de la niñez guatemalteca.

Vale la pena sugerir que, entre los cambios a realizar, se consideren factores como incentivar el civismo en los/as estudiantes, favorecer la investigación pedagógica y didáctica; y promocionar los valores ético morales que permitan vivir en nuestra sociedad con justicia y libertad.

Felicito a los protagonistas de tan especial actividad en pro del desarrollo social de nuestra población; los insto a presentar propuestas y sugerencias, y dejar a un lado las posiciones beligerantes, que tanto daño han causado a Guatemala. Adelante, y esperamos sus prontas y buenas noticias al respecto.