Pensar una elección, repensar Guatemala


Magistrados del Tribunal Supremo Electoral en conferencia de prensa.

Julio Donis

Un evento electoral da la posibilidad de observar, en una coyuntura especí­fica, todo el mosaico de fuerzas polí­ticas, intenciones, los valores sociales y pasiones que afloran en una sociedad, ante la decisión de elegir un nuevo lí­der que conduzca la nación. Naturalmente también se tiene la oportunidad, si se analiza fino, de determinar el comportamiento de conglomerados sociales frente a explosiones mediáticas electorales que exponen los productos, utilizando las más variada gama de estrategias de mercado. En este sentido, el evento es único porque pone a un pueblo entero a pensar de alguna forma, su futuro inmediato y el del colectivo social.


Es interesante, por ejemplo, analizar los valores que están presentes en la sociedad argentina, en la reciente elección en la que eligieran a Cristina Fernández como nueva Presidenta de ese paí­s. Si tradicionalmente la polí­tica ha sido un juego de hombres, qué es lo que está cambiando en la idiosincrasia argentina para abrir su espectro y decidir que su Presidenta fuera ella. Ese tipo de acciones y comportamientos se pueden revelar en la elección, puesto que atrás del escrutinio hay intensiones, pasiones, valores, rechazos, indiferencias, etc.

Me temo que para el caso de Guatemala, dichos comportamientos aún no denotan cambios tan interesantes como los de la sociedad argentina, sin embargo, el evento electoral de este año sí­ ofreció la oportunidad de conocer o reconfirmar desde otros ángulos, el sentir de los guatemaltecos. Aspectos como el alcance de las campañas electorales, el nivel del debate, el lí­mite de los candidatos en contienda, la conformidad de la gente, las expectativas creadas, y mil aspectos se convierten en elementos ricos para comprender por qué votan y por qué no votan los guatemaltecos. Les comparto algunas estampas electorales para que ustedes ensayen algunas respuestas a dichas preguntas.

Sin reparo para gastar

Los partidos en la reciente competencia electoral no tuvieron reparo en gastar todo lo que pudieron, con tal de estar presentes en la cotidianidad de los ciudadanos. Escuché a un familiar sorprendido de que la llamaron a su teléfono móvil de parte de un partido para invitarla a votar por ellos; en mi casa encontré un mensaje en el teléfono en el cual me hací­an la misma invitación. Alguien toma la guí­a telefónica y llama uno por uno, o la tecnologí­a provee de mecanismos más fáciles. Estos dí­as evitaba pasar por las rotondas del Obelisco y de la Plaza España a riesgo de verme atrapado en el tráfico ocasionado por los montajes de las campañas. La televisión y la radio inundadas de propaganda por UNE o por PATRIOTA, ni hablar de las funciones de cine en las que hay que soportar media hora de anuncios comerciales y ahora de propaganda electoral, en fin la ciudad está de color verde y naranja. Esta inundación de propaganda implica que ¿los guatemaltecos tienen un alto interés en la polí­tica electoral y por elegir a ¿ílvaro Colom o a Otto Pérez?

Un previsible resultado cerrado entre los dos candidatos de la segunda vuelta, en una suerte de empate técnico, significa que igualmente la sociedad guatemalteca está también divida. No lo creo, vea no más el alto porcentaje de votos nulos en la primera vuelta.

¿Por qué estamos eligiendo entre un candidato civil que dice ser socialdemócrata y otro general retirado que promueve el libre mercado? Como en otro artí­culo, yo creo que son lo mismo pero diferente, lo que sí­ es real es un espectro de reducida pluralidad ideológica.

Previsibles impugnaciones

Sobre el Tribunal Supremo Electoral, como administrador de las elecciones, emblemática institución de la nueva era democrática en Guatemala, el riesgo de una elección tan cerrada puede dejarlo vulnerado. Me explico, esta elección puede derivar en una andanada de potenciales impugnaciones (si en la primera vuelta los fiscales de los partidos tuvieron la cobertura que se necesitaba, en la segunda la sola presencia no alcanza, es previsible que éstos lleguen entrenados en los procedimientos para impugnar) a las cuales el Tribunal debe saber hacerle frente, no evitándolas sino enfrentándolas y resolviéndolas, es lo que espero como ciudadano y es lo que esperarán los partidos. Esta segunda vuelta pasó de tener como centro de preocupación lo organizacional a lo jurisdiccional. Creo que no hay conciencia de lo que significa dañar esta institución adalid (más allá de los autogoles de los magistrados) con tal de ganar.

Una estampa más. No he leí­do nada a este respecto pero así­ como la práctica polí­tica de los partidos sucede muchas veces por redes informales, la organización de la Junta Electoral Departamental de Guatemala, también acude a estas formas. Esta adjudica a través de la Junta del Distrito Central los centros de votación de la capital a instituciones determinadas, para que desplieguen a su personal que se hace cargo del centro, en una suerte de estructura piramidal. Las empresas relacionadas con la logí­stica electoral, como las encargadas del transporte y otros servicios, bien podrí­an ser alianzas estratégicas de aquella estructura. Bajo este esquema el votante puede bien ser visto como cliente de un servicio que se afina elección tras elección. En otras palabras, la integración de aquellos centros no es hecho por mecanismos aleatorios como en otros paí­ses, que identifican y convocan ciudadanos para tal efecto.

Finalmente, ¿qué significa el feriado otorgado el dí­a lunes 5 de noviembre, antecedido del primero de noviembre, con la tentación de hacer puente el viernes 2 y tener una mini semana santa? ¿Esto tendrá un mayor impacto en la capital o en los departamentos? Las respuestas a estas preguntas y muchas otras más no son fáciles, porque desatarí­an profundos cuestionamientos y auto cuestionamientos que, a su vez, nos llevarí­an a repensar este paí­s, pero la gente prefiere tarjetas telefónicas de cinco minutos, playeras, canciones y mil artilugios más que solo nos llevan a pensar el momento?

«La gente prefiere tarjetas telefónicas de cinco minutos, playeras, canciones y mil artilugios más que solo nos llevan a pensar el momento?»