La sección de empleos de los periódicos es para entrar en un estado de depresión, si es que se está desempleado. Las oportunidades laborales, que dicen los gobernantes crear por miles, poco o nada se vislumbran en la vida real.
mcordero@lahora.com.gt
En Guatemala, para sobrevivir, hay que pensar con el estómago, y no con la cabeza. Eso lo sabe la mayoría de jóvenes que se meten a estudiar en diversificado.
Por supuesto, que me imagino que hay muchos jóvenes que sueñan con ser astronautas, o con jugar en el Barcelona, o ser un concertista de violín… pero antes de seguir soñando, se enfrentan a una realidad dura, y es que a veces para poder alcanzar un título, la familia tiene que hacer un sacrificio.
Por eso, es que muchas veces la opción para estudiar diversificado es Magisterio o Perito Contador, o, en menor medida, alternativas como Perito Industrial o Dibujo en Construcción. De esa manera, dos o tres años bastan para capitalizar el cartón obtenido y empezar a aportar a la familia.
De esa forma, me imagino que muchos estudiantes de Magisterio, hoy día, alegan que esta carrera de diversificado se intente alargar. Claro está que todos preferiríamos maestros mejor capacitados, sin embargo, la Virgen no está para tafetanes, y para muchas familias no hay opción. Y si no será Magisterio, que en tres años promete un título para empezar a trabajar, quizá será Perito u otra cosa, pero que permita sobrevivir lo más pronto posible.
Si observamos las oportunidades de empleo que más resaltan, nos damos cuenta de que hay exceso de la oferta para call centers. Pero éstos siguen siendo esos empleos de ventas, en que el empleado debe hacer una módica inversión, para obtener ingresos mensuales entre Q5 mil y Q12 mil…, por supuesto, si logra la meta en ventas. Y eso que cada vez la meta es más agresiva.
Este país, ya lo sabemos, lucra con la necesidad de la gente, que no está de más decir que tiene cara de chucho (la necesidad, no la gente). Y por eso, es que nuestro país es prolífico para ofrecer empleos para agentes de seguridad, con turnos de 24 por 24 horas. O ventas riesgosas. O maquilas. O minerías. O cualquier otro empleo que no aceptaríamos, si tuviéramos opciones.
Y para más inri, vemos que, además, se nos asusta con el petate del muerto, y se nos muestra el destino al que podemos acceder si seguimos nuestros sueños, como por ejemplo, si queremos ser músicos y anhelamos integrar la Sinfónica Nacional (la aspiración más alta en cualquier nación), pero que en Guatemala, y la mayoría de Latinoamérica, servirá para hacer una digna protesta, tocando música, frente al Congreso para pedir, ¡no lujos!, sino el pago que habían ofrecido.
Para algunos, quizá, la opción más obvia sea la de emigrar; buscar trabajos penosos y que nos hacen sentir criminales, pero que al menos pagan. No como acá, que de todos modos se pasan penas, pero no se recibe la remuneración.
Creo que, como muchas soluciones, el problema pasa por la educación. Desde el momento en que se imaginó el currículum para preparar operarios de maquila, o vendedores de call centers, el país va mal. Si no imaginamos soluciones dignas y efectivas para los miles de jóvenes que buscan graduarse de diversificado para empezar a aportar a la economía nacional, no vamos a ningún lado. Ni siquiera si el Gobierno promete crear miles de empleos, porque éstos no serán de ayuda porque van dirigidos a ciudadanos, que cada día tienen que pensar con el estómago y con el hambre sobre la nuca, y no con la cabeza.