Penetrando en MiFaPro


Algo hemos logrado avanzar en cuanto a los datos presentados en un PDF, protegido de muchas formas, de Mi Familia Progresa y de esa cuenta sabemos que el reporte refleja que se han repartido 981,686,250 quetzales entre 472,657 familias, aunque resulta que existen 44,062 registros duplicados por nombre, lo cual podrí­a tener explicación si el nombre fuera acompañado de datos de identidad, como número de cédula. Porque en muchos departamentos hay apellidos y nombres que son muy comunes y pueden ser homónimos, pero también podrí­a ser que aprovechando esa realidad, alguien haya hecho mano de mono.


Averiguamos que el documento PDF fue creado con un programa llamado Crystal Report que hizo la distribución de datos para hacerlos inútiles, habiendo sido el usuario «redeleon» su creador y el archivo quedó terminado el Jueves 21 de Enero de 2010 a las 15:55:29 horas. El usuario redeleon tiene sentido del humor, porque el nombre interno del archivo es «padrón_JCHACON_CON_PISTO_SIN_CEDULA.rpt». Nuestros técnicos en computación lograron después de varias horas de trabajo, crear un documento Excel con todos los datos que se pudieron extraer del PDF y de esa cuenta es que se pudo establecer el monto total de lo erogado según el informe, lo cual era imposible de lograr únicamente teniendo a mano el documento que se podí­a abrir con el Acrobat Reader. Y también pudimos constatar que hay más de cuarenta mil nombres duplicados, lo que significa nada más y nada menos que 95,617,800 quetzales. No queremos decir que esos noventa y cinco millones se los esté clavando alguien porque entendemos la realidad de los nombres de nuestro paí­s y hay muchos homónimos, pero si proporcionaran el documento de identidad de las personas se podrí­a esclarecer mucho. Lo que se nos ocurre es que alguien con mala intención fácilmente se puede aprovechar de esa situación que se da con nombres y apellidos que se repiten en muchos departamentos, para hacer su agosto y la única forma de impedirlo y de asegurar el buen uso de todos los recursos es mediante la divulgación de los números de cédula. A los beneficiarios les entregan un papel para que firmen, en el que ellos «piden» que sus datos se manejen con reserva. La mayorí­a de beneficiarios simplemente estampan una huella o firman sin entender de qué se trata la solicitud que es la que se esgrime como petición para que los datos sean confidenciales. El usuario «redeleon» hizo un buen trabajo para enredar los datos, pero como bien dijo algún lector de La Hora, con paciencia y conocimiento se podí­a hurgar a fondo.