«El grupo quedó golpeado», dijo Manuel Pellegrini este mediodía, durante la rutinaria conferencia de prensa que ofrece antes de los partidos. El entrenador debe gestionar la depresión que afecta el vestuario del Madrid desde la derrota ante el Barcelona el sábado pasado. En víspera del partido contra el Almería, en el Estadio del Mediterráneo, el técnico se mostró igual de pausado que siempre, pero admitió que los jugadores están anímicamente muy afectados. El partido frente a uno de los equipos con mejores registros de la última vuelta del campeonato pondrá a prueba la capacidad del técnico para liderar al grupo en plena crisis. Tendrá trabajo Pellegrini porque, según diversas fuentes del club, los jugadores han dejado de creer en sus posibilidades, cuando no en sus compañeros, o en el propio entrenador. Prevalecen los sentimientos de dispersión.