Por primera vez los piquetes impidieron la salida de trenes hoy, en el tercer día de la huelga de transportes en Francia, mientras los sindicatos intentaban convencer a sus bases de la necesidad de abrir rápidamente negociaciones con el gobierno para evitar un estancamiento.
Muestra de una posible radicalización del conflicto, huelguistas de la compañía estatal de ferrocarriles SNCF impidieron que varios trenes saliesen de una estación de París.
«Un cierto número de huelguistas descontrolados o de elementos externos a la compañía causaron desórdenes poniendo bengalas, petardos y detonadores en las vías para impedir que los trenes avanzases», afirmó Guillaume Pepy, director ejecutivo de la SNCF.
«Es escandaloso y absolutamente inaceptable», agregó.
El sindicato Sud Rail confirmó el incidente y afirmó que el piquete actuaba contra un sindicato menor de conductores de tren que no participa en la huelga.
«Habrá más acciones de este tipo», afirmó Dominique Malvaud, de Sud Rail.
Los trabajadores franceses del sector de los transportes están en huelga desde el miércoles para impedir que el presidente Nicolas Sarkozy saque adelante su proyecto de reforma de los regímenes especiales de jubilación, que permiten a medio millón de personas jubilarse con el 100% de su pensión tras 37,5 años de cotización, en lugar de los 40 exigidos por el régimen general.
Pese a que gobierno y sindicatos habían entablado rápidamente el diálogo desde el principio del paro el miércoles, la situación parecía bloqueada el viernes y un responsable del principal sindicato, Didier Le Reste, secretario general de la CGT de Ferrocarriles, advirtió contra el peligro de «estancamiento».
Ante la dificultad de convencer a sus bases, algunos sindicatos llamaron a continuar la huelga el sábado al tiempo que pedían más detalles de las nuevas propuestas del gobierno.
Por su parte, el ministro francés de Trabajo, Xavier Bertrand, llamó a los sindicatos a poner fin al paro como condición para que comiencen formalmente las negociaciones.
«Los sindicatos deben pedir a sus miembros que regresen al trabajo para que inmediatamente, y he dicho inmediatamente, podamos entablar negociaciones», declaró Bertrand a la cadena de radio RTL el viernes.
Pese a que circulaban más trenes y autobuses que en días anteriores, el tráfico seguía perturbado el viernes, provocando descontento y frustración a millones de usuarios.
En la mayoría de líneas del metro parisino circulaban entre el 50% y el 25% de los trenes. El servicio se reanudó también en una de las principales líneas de cercanías que unen la capital con la periferia al este y el oeste, pero en la línea que llega hasta los dos aeropuertos de París el tráfico era nulo.
Aunque el movimiento perdía vigor, podría prolongarse hasta el martes, día en que profesores y otros funcionarios harán huelga para protestar por la supresión de puestos y por los bajos salarios.
Los estudiantes, que protestan contra una ley de reforma universitaria, lograron cerrar decenas de centros, mientras que abogados y magistrados prevén huelgas contra los planes de reestructuración del sistema de tribunales.
En 1995, tres semanas de huelgas y manifestaciones obligaron al entonces presidente Jacques Chirac a retirar un proyecto de reforma de los regímenes especiales.