Unos 16 sitios de alto valor cultural están amenazados en América Latina y figuran entre los cien que peligran en todo el mundo, desde el centro de Lima hasta moteles de la ruta 66 en Estados Unidos.
Tal es la conclusión de un panel internacional de expertos en arqueología, arquitectura e historia del arte de la Fundación de Monumentos del Mundo, que establecieron una lista incluida en su informe 2008, publicado ayer.
«La lista de 2008 muestra claramente que la actividad humana se ha convertido en la mayor amenaza contra la preservación de la herencia cultural» en el mundo, advirtieron los expertos en sus conclusiones.
La contaminación generada por los humanos roe las piedras antiguas. El turismo globalizado lleva hordas de gente a sitios desprotegidos. Las ciudades crecen a expensas de centros históricos. Las guerras destruyen sitios únicos.
Por primera vez, los expertos citan al cambio climático como uno de los factores que amenazan el patrimonio cultural y citan como ejemplo los estragos del huracán Katrina en la mal protegida Nueva Orleans en 2005.
Peligra también la famosa ruta 66 de Estados Unidos, otrora única vía importante entre las costas este y oeste, que jalonan sitios de curiosa arquitectura como sus viejos moteles, escalas del «road trip» ideal.
El América Latina destacan en Perú las ruinas de Machu Picchu diezmadas por un turismo «descontrolado», los vestigios de Macusani y Corani, o el centro histórico de Lima, «donde cientos de monumentos y miles de residencias están abandonadas y amenzan con colapsar».
También en Perú las terrazas de Laraos, el monasterio de Santa Catalina, o el esplendor barroco de San Pedro Apostol de Andahuaylillas, cerca de Cuzco, agonizan ante los estragos de actividades humanas.
El barrio histórico Huaca del puerto mexicano de Veracruz, que data de 1870 y albergaba a trabajadores migrantes fuera de los muros de la ciudad, está amenazado por la especulación inmobiliaria y el deterioro, según los expertos.
La industria del tequila es orgullo del estado mexicano de Jalisco, pero pone en peligro la zona arqueológica Teuchitlán y Machimontones, que encierra secretos sobre una de la civilizaciones más antiguas del continente.