Sergio Morales, procurador de Derechos Humanos de Guatemala, presentó informe sobre seguridad alimentaria y nutricional en tiempos de crisis.
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En un documento de 128 páginas, el defensor del pueblo da a conocer el seguimiento de las políticas y estrategias dirigidas a reducir el hambre de la población en pobreza y extrema pobreza.
Dentro del informe lleno de tablas estadísticas con números complejos, destaca el mapeo de conflictividad y el porcentaje de apoyo vertido por «Mi Familia Progresa» y la vulnerabilidad nutricional.
TECNICISMO
Emilio Sebastián, de la Red Nacional por la Defensa de la Soberanía Alimentaria, dijo que la contrapartida a ese informe es que el elegante documento es simplemente un informe técnico institucional porque la realidad de la población es otra y es cambiada en el escritorio.
La seguridad alimentaria muchas veces llega solo hasta donde terminan las carreteras y muchas veces no llega la ayuda internacional, menos la nacional, allá donde está la realidad nacional llena de gente que necesita, indicó.
Como ejemplos puso a Camotán, Chiquimula; Huehuetenango y Champerico, Retlahuleu, donde los campesinos están llenos de necesidades de producir sus propios alimentos y no recibir tanto ayuda que muchas veces no va con la realidad.
Las poblaciones carecen de semillas mejoradas, silos para conservación, no cuentan con parcelas diversificadas e integradas, «para hablar de transformar los alimentos más naturales, más locales, más nativos. Lo siguiente pasa por el concepto de economía campesina», destacó Emilio Sebastián.
Sebastián denunció que en 2006 el vitacereal, que estaba siendo repartido en las comunidades, contenía cuatro variedades de transgénicos que han sido prohibidos por el protocolo de Cartagena. Invita al gobierno de Guatemala a que cuide la pureza de los alimentos que consume la población, explicó.