Con el propósito de aliviar el sufrimiento de los pacientes con enfermedades crónicas, degenerativas o con algún padecimiento de minusvalidez, la Procuraduría de los Derechos Humanos llevó a cabo el seminario «Cuidados Paliativos», con la finalidad de incidir en la atención médico hospitalaria y en los suministros de medicamentos que se requieren para llevar una mejor calidad de vida, como un derecho humano.
El seminario tuvo una duración de dos días, el cual se realizó en el auditórium del Colegio de Profesionales de Guatemala, al cual asistieron representantes de Salud Pública y Asistencia Social, del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, Asociaciones de Médicos Privados y expositores internacionales, entre otros.
Los cuidados paliativos constituyen una filosofía de cuidado del paciente como un sistema organizado y estructurado de atención, cuya meta principal es aliviar el sufrimiento y apoyar al paciente y su familia para alcanzar la mejor calidad de vida sin importar la etapa de la enfermedad o necesidad de otras terapias activas, para afirmar la vida y la funcionalidad, auxiliando a tomar decisiones acertadas al paciente y su familia, proveyéndole de oportunidades para el crecimiento personal y espiritual, los cuales deben iniciarse cuando el paciente se vuelve sintomático de una enfermedad activa, progresiva e incurable.
Lucha contra la muerte
Se indicó en el seminario que el objetivo de la medicina no es sólo el combatir la muerte sino luchar contra la muerte prematura y la muerte inoportuna y cuando eso no es posible, evitar el dolor y el sufrimiento para así permitir una muerte tranquila; lo cual constituye un imperativo ético y moral, del cual se aboga a nivel mundial para la inclusión del derecho a vivir sin dolor, como un derecho fundamental del ser humano.
La importancia del problema e impacto de las enfermedades crónicas y degenerativas, se puede visualizar al comparar las tasas de incidencia y de mortalidad entre países, a través del tiempo y la valoración de los años de vida potencialmente perdidos que es la mejor medida del impacto de estas patologías en los grupos más jóvenes.
Durante la actividad se explicó que existe una demanda significativa de cuidados especiales para estos pacientes, en donde la calidad de vida debe ser considerada como prioridad, pues afectan a muchas personas sin distinción de sexo, color, edad, condición social, entre otras y que se caracterizan por ser de alto costo: crónicas, degenerativas e irreversibles, entre ellas, se encuentran: el cáncer, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica, lupus, insuficiencia renal y trasplantados, síndrome de inmuno-deficiencia adquirida VIH-SIDA, artritis y artrosis crónica, síndrome de espalda multioperada, sin dejar a un lado las personas con discapacidad física, donde también el Estado no ha institucionalizado programas ocupacionales para la plena incorporación de estas personas a otras actividades acordes a su capacidad.
Se restringe el acceso a nuevos medicamentos
Actualmente se carece de políticas de protección para personas necesitadas de asistencia médica hospitalaria y medicamentos prescritos, así como de las instituciones encargadas para velar por la salud en Guatemala.
Las instituciones de salud pública se niegan a la inclusión de nuevos medicamentos que se encuentran a la vanguardia de la medicina y muchos de los fármacos que son utilizados en la red hospitalaria nacional no cumplen con los estándares de seguridad, calidad y necesidades de las personas que los requieren en forma constante y oportuna, lo que conlleva el perjuicio de desencadenar problemas de mayor daño para los mismos al no tener la atención que requieren y a la cual tienen derecho constitucionalmente.
La facilitación del uso de analgésicos opioides es también vital para una mejora de atención y una medida que recomiendan unánimemente todos los expertos y la Organización Mundial de la Salud, porque en caso no se pueda lograr la curación de estas personas afectadas, las mismas mueran dignamente, sin dolor.
La asistencia a personas que sufren enfermedades crónicas y degenerativas, debe de estimarse como un problema de salud pública, debe tenerse en cuenta que enfermedades como el cáncer en países desarrollados existen un 40 % a 50 % de índice de curación, mientras que en los países en vías de desarrollo el índice de curación es menor, la diferencia se debe básicamente a la falta de detección en etapas tempranas y el tratamiento y adecuado de formas localizadas.
En Guatemala las estadísticas más recientes datan de 1994 en las que se registraron 2,329 defunciones a causa de cáncer y no se tiene estadísticas reales sobre la mortalidad de personas de las demás enfermedades crónicas y degenerativas, existiendo únicamente subregistros y una gran cifra negra estimada de mortalidad, aunando a ello es que en países en vías de desarrollo las personas con diagnósticos terminales viven y mueren en condiciones de: Dolor sin alivio, síntomas físicos sin control, conflictos psicológicos y situaciones vitales sin resolver, llenos de temor y en soledad.
Es obligación del Estado proteger a todas las personas
Es por ello que el Estado se encuentra en la obligación de proteger a toda persona que se encuentre total o parcialmente desprotegida en su salud e integridad física y mental, así como la evolución de sus problemas cognitivos y motrices, que pone en riesgo el bienestar de la familia, que es la base fundamental de nuestra sociedad, misma que ha dejado olvidada a esta población endeble.
Con la aprobación de una ley en beneficio de las personas con enfermedades crónicas y degenerativas, como de las personas con discapacidad física y mentales, se estaría cumpliendo con el bien común, que es el fin supremo del Estado y proveyendo a este sector de la población de la atención médico hospitalaria y medicamentos que requiere para llevar una mejor calidad de vida a la cual tiene derecho como todo ser humano.