La Procuraduría de Derechos Humanos inició con las entrevistas a efectivos de seguridad implicados en los disturbios ocurridos el mes pasado en Lívingston, Izabal.
De acuerdo con el procurador, Sergio Morales, los indicios apuntan que las fuerzas de seguridad utilizaron armas de largo alcance en espacios reducidos, lo cual supone que fue la causa de muerte del campesino Mario Caal.