Paso dado por el Papa será probablemente insuficiente


El Papa Benedicto XVI se dirige a la sociedad civil en el Westminster Hall, en las Casas del Parlamento, en el centro de Londres. FOTO AFP / PAUL ROGERS / POOL

El paso dado por el Papa Benedicto XVI al reconocer ayer que la Iglesia no fue lo bastante vigilante y rápida en la gestión de los escándalos de abusos sexuales a niños no alcanza para satisfacer a las asociaciones de ví­ctimas, estiman expertos vaticanistas.


El Papa «es sincero en su arrepentimiento, pero esto no bastará para las asociaciones de ví­ctimas de curas pedófilos», estimó Marco Politi, comentarista del diario italiano Il Fatto Quotidiano, en entrevista telefónica.

Coincide con él Andrea Tornielli, vaticanista del diario Il Giornale y autor del libro «Ataque contra Ratzinger»: «Estas declaraciones no bastarán, si bien el Papa ha dicho cosas importantes».

Un comunicado de la Red Internacional de Ví­ctimas de Abusos de Curas (SNAP) parece confirmar este análisis: «Es deshonesto decir que la autoridad de la Iglesia fue lenta y careció de vigilancia. Al contrario, fue rápida y vigilante, pero para ocultar y no para prevenir estos horrores».

Para Politi, estos colectivos «piden tres cosas: claridad sobre el pasado, sobre todo los abusos de los años 80-90, un programa concreto de compensaciones para las ví­ctimas y que el Papa se reúna con las asociaciones de ví­ctimas y no con las ví­ctimas que ha elegido, como en Australia, Estados Unidos o Malta».

Las declaraciones efectuadas por el Papa durante su viaje al Reino Unido traducen «un reconocimiento pleno y total de la responsabilidad de los obispos, y también del Vaticano», subrayó Andrea Tornielli.

«Dicha afirmación no es nueva, porque en su carta a los irlandeses (a raí­z de la publicación en noviembre de un informe que señalaba cientos de abusos encubiertos por la jerarquí­a católica) y en sus declaraciones posteriores, parecí­a claro para él que la Iglesia tení­a alguna responsabilidad», agregó.

Sin embargo, la de ayer es «una sí­ntesis muy fuerte que deberí­a servir para tranquilizar a las asociaciones de ví­ctimas», estimó.

Por otra parte, las posiciones del Papa no despiertan unanimidad en la Iglesia, algunos de cuyos miembros no dudan en ver en la denuncia de estos escándalos un complot contra el Vaticano.

Durante el último Viernes Santo, el predicador del Vaticano provocó un escándalo al establecer un paralelismo entre los ataques contra el papa sobre la pedofilia y el antisemitismo.

Benedicto XVI «no se declara ví­ctima de ataques del exterior, pero asume sus responsabilidades», aunque «no creo que la opinión del Papa sea compartida por toda la Iglesia», confirma Andrea Tornielli.

«Durante mucho tiempo todo el mundo subvaloró esta situación: fue el cardenal Ratzinger (prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe encargada de este asunto antes de ser elegido Papa en 2005) el que cambió las reglas durante el papado de Juan Pablo II haciendo venir todos los casos a Roma», observó.

Hasta entonces, eran exclusivamente competencia de los obispos locales, que tendí­an a enterrar estos asuntos por miedo al escándalo.

Ahora le toca al papa Ratzinger gestionar esta crisis, la más grave que ha conocido la Iglesia en años.

El Pontí­fice volvió a hacer una alusión velada a este delicado tema el viernes, cuando pidió a los responsables de los más de 2.800 centros educativos católicos del Reino Unido que garantizaran «un entorno seguro para niños y jóvenes», en un acto festivo con jóvenes en Twickenham, cerca de Londres.

Y deberí­a volver a tratarlo en su posible encuentro con una decena de ví­ctimas de aquí­ al sábado por la noche en Londres.

Cinco detenidos en Londres por una amenaza contra Benedicto XVI


La policí­a británica detuvo este viernes a cinco personas en Londres bajo la sospecha de tramar un «acto de terrorismo», relacionado con la visita del papa Benedicto XVI, que en su segunda jornada en el Reino Unido debe intentar estrechar los lazos con la Iglesia Anglicana.

Los cinco hombres de entre 26 y 50 años de edad fueron arrestados poco antes de las 06h00 de la mañana local (05h00 GMT) en un local del centro de Londres bajo la «sospecha de encargo, preparación o instigación de actos de terrorismo», anunció la policí­a en un comunicado.

Scotland Yard señaló sin embargo en un comunicado que a raí­z de estos arrestos revisó el dispositivo de seguridad de la visita, y que éste «sigue siendo apropiado», por lo que «el itinerario no ha cambiado».

El Papa, por su parte, está «tranquilo» y «confí­a en la policí­a», declaró el padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, quien señala que «la situación no es particularmente peligrosa».

Los detenidos están siendo interrogados. Según el consejo municipal de Westminster, se trata de barrenderos que trabajan para una empresa de limpieza privada. Para la cadena de televisión Sky, son «argelinos».

Scotland Yard no precisó en qué consistí­a esta amenaza, ni tampoco si estaba directamente dirigida contra el Pontí­fice, que tiene previstos numerosos actos cí­vicos y polí­ticos en Inglaterra hasta el domingo, entre ellos dos ceremonias que deberí­an atraer a decenas de miles de personas.

«El itinerario no ha cambiado», afirmó la policí­a, que reexaminó los planes de policí­a y consideró que «siguen siendo apropiados».

El portavoz del Vaticano también indicó que «no es necesario cambiar el programa», que en esta jornada incluye varios actos simbólicos con el lí­der de la Iglesia Anglicana y un discurso a la sociedad civil británica.

En un acto matutino que congregó a cerca de 5.000 jóvenes y profesores en la universidad londinense St Marys de Twickenham, Benedicto XVI llamó a los alumnos de las escuelas católicas británicas a ser los «santos del siglo XXI».

«Cuando os invito a ser santos, os pido que no persigáis una meta limitada. Tener dinero (…) no es suficiente para hacernos felices (…) Llegar a la fama, no nos hace felices. La verdadera felicidad se encuentra en Dios», dijo.

Los actos más importantes de esta jornada dedicada a estrechar las relaciones ecuménicas e impulsar el papel de la religión en un mundo más laico tendrán lugar durante la tarde.

Por primera vez en la historia, el Pontí­fice será recibido por el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, jefe espiritual de 70 millones de anglicanos en el mundo, en su residencia oficial londinense de Lambeth Palace.

Tras su encuentro privado, se reunirán con obispos de estas dos iglesias cuyas relaciones han sido históricamente tensas desde que Enrique VIII rompió con Roma y se autoproclamó jefe de la Iglesia de Inglaterra en 1534.

Las fricciones se incrementaron hace un año cuando el Papa anunció nuevas medidas para facilitar la conversión de los anglicanos descontentos con la apertura de su Iglesia.

Ambos participarán también en una velada de oración en la Abadí­a de Westminster a la que han sido invitados representantes de todas las iglesias cristianas presentes en el Reino Unido, el mayor evento ecuménico de la visita.

Pero las autoridades eclesiásticas otorgan también una gran importancia al discurso que Benedicto XVI pronunciará en el histórico Westminster Hall, el edificio más antiguo del parlamento británico, ante lí­deres del mundo de la polí­tica, la economí­a y la cultura, entre los que destacan los ex primeros ministros, Margaret Thatcher, Tony Blair y Gordon Brown.

El Papa se detendrá en el lugar donde Santo Tomás Moro, lord canciller de Enrique VIII, fue acusado en 1535 de alta traición por oponerse a los planes del monarca de convertirse en jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra.

«Esto nos permitirá remontarnos a las raí­ces más profundas de esta nación, quiénes somos y cuáles son nuestras raí­ces culturales, y cuán refrescante puede ser si son vistas como una fuente de inspiración por la gente hoy», explicó el arzopispo de Westminster, Vincent Nichols.