Partiendo de las viejas mañas


Oscar-Marroquin-2013

Esta mañana me causó mucha gracia escuchar en el programa A Primera Hora, que dirige el colega Luis Felipe Valenzuela, las explicaciones que trató de dar el señor Roberto Díaz Durán sobre el papel que realiza para construir un movimiento político que, según él, persigue acabar con las prácticas indecentes que caracterizan el comportamiento de quienes hoy se dedican a esa actividad humana.

Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt


Y digo que me causó gracia porque luego de negar todo lo que de él se ha dicho en los últimos días respecto a que está detrás de la compra de diputados para conformar una nueva bancada, terminó admitiendo que sí, que está reuniéndose con miembros del Congreso con la finalidad de constituir una fuerza que sirva para destrabar la agenda legislativa a la que tanto daño hace “una oposición que se opone a todo lo que propone el Ejecutivo”, según sus palabras.
 
 Por supuesto no admitió que esté comprando diputados porque, según él, está convenciendo a quienes se han distinguido por ser tránsfugas de casi todos los partidos políticos de que se sumen a su movimiento para demostrar que se puede hacer política decente en nuestro país. Pero resulta que su movimiento está arrancando con las viejas mañas, con los mismos procedimientos viciados que se critican a los partidos actuales. Luego de despotricar contra los diputados que traicionaron a la UNE en seguida de la elección y que se mudaron a partidos como Lider o al movimiento que dirige Roberto Alejos, Díaz Durán reconoció que él está empeñado en formar una fuerza importante en el Congreso que no surge con diputados propios, sino con los que dejarán a sus partidos actuales para integrar una nueva bancada.
 
 El discurso, como bien les dijo Luis Felipe Valenzuela, no tiene sustento porque todos los políticos cuando hablan de sus motivaciones se refieren al servicio a la población, a sus empeños por mejorar las condiciones de vida de los guatemaltecos, a la necesidad de cambiar la forma de hacer política para terminar con los vicios de la corrupción. Habría que ser demasiado baboso para no repetir ese discurso gastado porque ninguno va a saltar a la palestra para explicar que trata de desbancar a los pícaros de hoy para hacer más y mejores picardías en el futuro. Cualquiera que se lance al ruedo en este sistema gastado y podrido, lo hará estrenando vestido de primera comunión porque saben que todavía hay ingenuos que creen que existen personas que realmente buscan el bien común y que están dispuestas a sacrificarse por la Patria.
 
 Entonces uno se tiene que sujetar, a la hora de juzgar el comportamiento de quienes se aventuran a la política criolla, al análisis de sus antecedentes, de su comportamiento y de sus ejecutorias. En el caso presente, aunque Díaz Durán se presenta a sí mismo como un hombre exitoso que está dispuesto a abandonar su comodidad para sacrificarse por la gente, no hay suficientes ejecutorias como para tragarse la píldora y lo que nos queda es simplemente ver su comportamiento. La entrevista de hoy no le hizo muchos favores, porque empezó negando la simple insinuación de que estuviera atrás de la conformación de una nueva bancada para luego, después de exigir pruebas y de que presentaran hechos concretos ante el Ministerio Público, como si alguien le hubiera acusado de ser delincuente y no simplemente un político largo y oportunista, dijo que sí, que se ha reunido con varios diputados que “comparten sus ideales” para acabar con el entrampamiento que existe en el Congreso y demostrar que se puede trabajar en bien de la población sin esa oposición insensata de hoy.
 Y, desde luego, lo que más urge para desentrampar al Congreso es la aprobación de los bonos que legitiman una deuda ilícita y punible.