La historia política guatemalteca nos ha enseñado que en cada evento eleccionario, a donde acuden más de una decena de Organizaciones de Derecho Público, mas allá del 30 por ciento desaparecen del espectro político por diversas causas, sean estas por falta de liderazgo, ideologías mal cimentadas, por falta de recursos o porque no hubo una buena estrategia de campaña.




Sin remontarnos a la época colonial y hasta hace unos veintidós años imperó el militarismo, golpes de Estado, caudillismo, fraudes e imposiciones de gobiernos a través de supuestas preferencias electorales y, claro con agregados en uso de recursos del Estado y dinero a manos llenas. Desde el inicio de la transición democrática a partir de l986, las organizaciones políticas proliferaron. En muchos casos así como surgieron así mismo desaparecieron del mapa político.
Se puede recordar a partidos sólidos aparentemente, que sucumbieron a los embates ideológicos, financiamiento y liderazgo como el Partido Revolucionario, la Unión del Centro Nacional y la Democracia Cristiana Guatemalteca, entre otros, los cuales duraron 20, 30 y hasta un poco más de 50 años vigentes.
Ahora al parecer, los máximos dirigentes sostienen que sus partidos pueden fortalecerse mediante capacitación, reclutamiento de líderes comunitarios aunque no tengan claramente una visión de reformar el sistema actual pero sí de fortalecer y sostener ideologías que les permitan cambios generacionales políticos.
Como consecuencia de lo anterior, surgen innovadoras ideas para lograr mantenerse, fortalecerse y ser realmente competitivos al momento eleccionario de que se trate y en tal sentido para mantener vigentes a sus órganos se ha señalado que deben haber reformas profundas en la Ley Electoral y de Partidos Políticos, por ejemplo, aumentar de 2 a 4 ó 5 dólares la deuda política y que el Estado subsidie la campaña electoral de las citadas organizaciones y se promueva a la vez, la reducción del número de grupos políticos.
Así las cosas, varios dirigentes políticos se pronunciaron en forma favorable y otros mostraron su rechazo a la hipotética intención de aumentar la deuda política, mantener en línea recta la intención de que el Estado subsidie equitativamente la campaña electoral a nivel general, concientizar a la población y especialmente a sus líderes y fortalecer los órganos permanentes para evitar la deserción o transfuguismo político.
Al respecto, el máximo dirigente del partido «Centro de Acción Social», CASA, Mario Mazariegos de León, sostiene que las organizaciones políticas deben crearse con perspectivas visionarias de Nación y no únicamente electoreras.
Lo más importante es buscar y capacitar líderes comunitarios con afinidad ideológica y con mentalidad de lucha para reformar el sistema. En cuanto a aumentar la deuda política sería un «arma de dos filos», porque beneficiaría a todos por igual, sin embargo, el pueblo está urgido que le resuelvan muchos problemas.
Por su parte, el Jefe de Bancada del Frente Republicano Guatemalteco, FRG, Iván Arévalo, es de la idea que pensar en el fortalecimiento económico de los Partidos Políticos, a través de una reforma a la Ley Electoral, aunque no conocen alguna iniciativa de ley en ese sentido, no la apoyarían si vinieran de grupos que malintencionadamente quisieran socavar el sistema político o sólo desprestigiar al FRG. Ahora bien, si lo que buscan es una autosostenibilidad y no ventajas financieras para unos y desventajas para otros, estaríamos al cien por ciento de acuerdo.
En relación al fortalecimiento del partido no tienen porque preocuparse, según su copartidario Haroldo Quej, la Secretaría de Organización a su cargo ha hecho un gran trabajo, y producto del mismo es que están en la mejor disposición de realizar sus asambleas municipales y departamentales y, para octubre del presente año, la Primera Asamblea Nacional.
Aumentar la deuda política se vería mal porque la población carece de servicios públicos, educación, seguridad y trabajo, por lo tanto hay que buscar, como lo está haciendo la UCN, financiamiento internacional para fortalecerse y llegar a ser el partido más poderoso en la contienda electoral próxima.
Winaq, llegó al Congreso de la República bajo la sombra del partido Encuentro por Guatemala. Va en busca de recursos financieros para convertirse en una Organización de Derecho Público y para el efecto, están desarrollando programas que les permitan agenciarse de fondos de organizaciones internacionales que los apoyen de cara a las próximas elecciones generales.
Según la diputada Otilia Lux de Cotí, Winaq están trabajando para llegar a ser uno de los partidos más fuertes, tener una visión hasta llegar al poder. Buscar apoyo internacional y lograr que la idea de aumentar la deuda política y que el Estado sufrague los gastos de campaña electoral sea una realidad.
Guatemala debería tomar el ejemplo de Costa Rica. México, España, el Reino Unido, entre otros países europeos, en cuanto a financiar a las organizaciones políticas por parte del Estado, resaltó el representante del Partido Unionista, Mariano Rayo, al compartir la idea de reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos con la finalidad de fortalecer a los grupos políticos. Una propuesta de esa naturaleza estaría apoyada por los Unionistas y con eso se evitarían muchos problemas. Mientras tanto, el Partido Unionista se está institucionalizando, están trabajando arduamente con la finalidad de fortalecer sus cuadros.
Por su parte, el dirigente del Partido Patriota, Abraham Rivera, dijo lamentar que el desgaste y la mala dirigencia que han sufrido los partidos políticos, aunado al rechazo de la sociedad, han provocado que muchas organizaciones hayan desaparecido. Asimismo, para fortalecer financieramente a los partidos lo que se debe hacer es resolver tantos problemas sociales y luego, naturalmente, sería bueno que el Estado aumente la deuda pública o financie directamente a las organizaciones de Derecho Público.
Finalmente, para el representante de la Unidad Nacional de la Esperanza, Roberto Alejos, el problema de los partidos políticos es que no logran fortalecerse con sistemas ideológicos sólidos, con ideas claras y sobre todo con formación de cuadros, por una parte y por la otra es el problema que existe en la Ley Electoral, donde hay limitantes en la consecución de fondos cuando los partidos de centro hacia la izquierda no tienen las mismas oportunidades que tienen los partidos de derecha.
Esto crea una debilidad que al final, cuando los partidos no logran obtener los porcentajes mínimos tienden a desaparecer. En este y otros casos lo que se necesita es reformar la ley electoral en su totalidad y especialmente en el caso en que los financistas deben dar la cara y admitan a quien están apoyando, eso es importante para evitar malos entendidos.