Partido Unionista,


Este partido empezó a partir de la iniciativa de ex integrantes del Partido de Avanzada Nacional, (PAN), alrededor del año 2000, como producto de su inconformidad ante la nueva dirigencia de dicha organización, dando vida al grupo promotor del Comité para la constitución del Partido Unionista. Me detengo un momento desde el inicio para hacer hincapié en la constante de rompimiento institucional, que marca la salida de miembros de una organización para dar concepción a otra nueva, ante la inconformidad o la imposibilidad de seguir haciendo partido aun en el disenso.

JULIO DONIS

Fue así­ que personas como, ílvaro Arzú, ílvaro Hugo Rodas, Héctor Cifuentes etc. dejan el barco del PAN para dar vida a otro partido; especial atención merece el liderazgo de Gustavo Porras que sin pertenecer al PAN, pero sí­ habiendo sido alto funcionario del Gobierno de Arzú, también se involucra en la empresa, siendo éste su primer Secretario General provisional y que más tarde serí­a desplazado por Arzú en condiciones de ruptura nuevamente institucional, puesto que Porras no se quedó en el partido.

Movimiento unionista, su inspiración

El nombre de este partido está inspirado en el movimiento Unionista de los años 20 del siglo pasado, gesta antidictatorial contra Manuel Estrada Cabrera y que en palabra de Carlos Figueroa Ibarra, parafraseando a Mario Payeras, fue la única gesta insurreccional que salió victoriosa en el planeta después de la Revolución Rusa, pero hay que ver el detalle de dicha gesta. Este movimiento tiene alta relevancia para quien estudia la historia polí­tica, hecho que nos puede dar mucho que escribir, pero me centro en un par de aspectos que son clave para comprender al partido de hoy a partir del Movimiento Unionista de aquella época.

Atrás de la gesta unionista estaba la irrupción de un nuevo ideario, el liberal, que hací­a el recambio al ideario colonial a partir de la modernización capitalista alrededor de la explotación del café. Sin embargo, esa no fue una revolución capitalista sino un recambio de la clase polí­tica y económica a través de una reforma en el sistema productivo en base al café, que tuvo como rasgo fundamental mantener la explotación forzada del trabajador en el esquema del latifundio. Como dijera Figueroa Ibarra en el Seminario Historia Polí­tica de Guatemala: «La élite anticabrerista fue básicamente oligárquica», es decir, gente vinculada a la agroexportación, terratenientes, sectores del gran capital comercial.

No digo más sobre la historia. Regresemos al presente y retomemos lo que expresaron los unionistas en entrevista realizada por ASIES para el estudio «Monografí­a de los Partidos Polí­ticos de Guatemala». Explican que su identidad se basa en los éxitos y fracasos de aquella gesta del 20 y que son un ejemplo del rechazo hacia prácticas como la corrupción, la ineficiencia de la gestión pública, las ambiciones de algunos jerarcas de determinados sectores, los privilegios, la represión a la libertad pública, el franco deterioro de la economí­a, la crueldad hacia sectores vulnerables.

Finalmente, esta vez no iré sobre los principios y demás letaní­a que suscriben todos los partidos en sus estatutos, al final casi es lo mismo porque todos son polí­ticamente correctos entre el centro izquierda y el centro derecha. Más bien remarco dos hechos que deberí­a significar por sí­ mismos o por lo menos hacerle pensar y una pregunta.

Arzú, desde los inicios

La figura de ílvaro Arzú ha estado centrada desde su inicio al desarrollo del partido Unionista en una suerte de liderazgo personal, y menos sobre una plataforma ideológico-programática; esto tiene especial relevancia por cuanto connota una dimensión subjetiva de liderazgo fuerte y determinante en la consolidación del partido. Esto contrasta con el esfuerzo interno para conformar un perfil propio, pues me consta del buen aprovechamiento que ha hecho el partido de fortalecer su institucionalidad, en base al apoyo de instituciones como el PNUD, la OEA y el IMD; y del compromiso y disciplina que tienen varios de sus dirigentes medios.

Segundo hecho, es innegable que mantener el poder sobre la Municipalidad de Guatemala tantos perí­odos, le ha permitido al partido la posibilidad de extender una base organizativa en el ámbito urbano de la capital; esto no es malo en sí­ mismo, pero a la vez, dejó ir la oportunidad única de resolver los problemas torales de la capital en estos quinquenios y el Transmetro no le alcanzará para llegar al Palacio Nacional. Ese fue el segundo hecho.

Voy a la pregunta, depende la vigencia del partido Unionista de la candidatura nuevamente de ílvaro Arzú?