Más del 60% de los votantes empadronados han acudido a las urnas en un referendo por la independencia, superando el umbral necesario para dar validez al voto si es que al final, como se espera, se inclina por crear el nuevo país de Sudán del Sur, dijo una funcionaria hoy.
Aunque la secesión del sur dividiría en dos el país más grande de ífrica y privaría al norte de la mayor parte de los yacimientos petroleros, el presidente Omar al-Bashir ha dicho que permitirá que el proceso se desarrolle en paz.
Ann Itto, funcionaria del gobernante Movimiento de Liberación Popular, dijo a la prensa que casi 2,3 millones de personas habían votado hasta el momento, superando el 60% mínimo necesario para asegurar la validez del voto.
Alrededor de 2 millones de personas murieron en dos décadas de guerra entre el norte y el sur, que culminaron en 2005 con un acuerdo de paz que incluyó el referendo sobre la independencia. La gente ha acudido con júbilo a los comicios, aunque el futuro de la región, sumida en la pobreza, sigue siendo incierto.
La región, del tamaño de Francia, tiene apenas 50 kilómetros de caminos pavimentados. Puesto que apenas el 15% de los 8,7 millones de habitantes de Sudán del Sur saben leer, las boletas electorales mostraban una sola mano para indicar «separación» o dos manos estrechadas para significar «unidad».
Los sureños, que se definen como africanos, deploran su subdesarrollo y acusan al gobierno en Jartum, dominado por árabes, de apoderarse de los ingresos petroleros sin invertir en la zona. Otro motivo de encono ha sido el intento del norte de imponer la ley islámica en sur, donde la mayoría de la población es cristiana o animista.
La independencia se concretaría en julio y restan muchos detalles por resolver, incluidos los derechos petroleros, los derechos sobre las aguas del Nilo Blanco, la señalización de la frontera y el estatus de Abyei, una región disputada donde la amenaza de regresar al conflicto armado es mayor.
La violencia en Abyei ha causado por lo menos 30 muertes en los últimos días.